Torrecillas de la Tiesa: La Web de los Torrecillanos

LA PICACIÑA, LA ZORRA Y EL ALCARAVÁN

LA PICACIÑA, LA ZORRA Y EL ALCARAVÁN
(El zorro amenaza con abatir el árbol)

Era una picaciña, como una especie de urraca, que tenía el nido hecho en un
chaparro, en una encina pequeña. Y pasaba por allí tos los días la zorra, y le decía:

–Picaciña, dame un güevito,
que si no, con el rabo,
te tumbo el arbolito.

Pues la picaciña le daba un güevo. Y al día siguiente volvió otra vez la zorra con
el mismo cuento:

–Picaciña, dame un güevito,
que si no, con el rabo,
te tumbo el arbolito.

Y entonces ya un día estaba mu seria, pues ya le quedaba uno solo, y tenía que
venir aquella mañana otra vez la zorra por allí. Y llega, pasa por allí un alcaraván y
dice:

–Picaciña, ¿qué te pasa?, ¿cómo estás tan seria?

Dice:

–Porque me ha dicho la zorra que si no la doy un güevito me tumba el arbolito, y
viene tos los días a verme, y ya no me queda más que uno.

–Pos mira, la vas a decir
que segurones y fuerzas de hombres
son los que tumban las encinas,
y no con rabotazos
de zorras concubinas.

De modo que, cuando vino la zorra a por el último güevo, eso fue lo que
contestó la picaciña. Y dice la zorra:

–¿Y quién te ha dicho eso?

Dice:

–Mí (sic) compadre alcaraván.

De modo que la zorra fue en busca del alcaraván, dice:

–Pues ahora te vas a enterar por decirla eso a la picaciña, ahora mismo te como.

Y le cogió en la boca. Dice el alcaraván:

–Vale, vale, no me importa que me comas; pero los alcaravanes tenemos una
particularidad, tenemos un güeso que, si no abres bien la boca cuando me vayas a
comer, se te puede clavar y te puedes hacer daño, así que tienes que decir tres veces
muy alto “alcaraván comí”.

Claro, la zorra, ignorantemente, pues dijo eso:

–¡Alcaraván comí,
alcaraván comí,
alcaraván comí!

Y entonces el alcaraván salió volando, y dice:

–A otro, a otro,
pero no a mí.

Narrado por Juan Vaquero Moreno, 71 años, y por su hija Pilar Vaquero, 35 años
Torrecillas de la Tiesa (Cáceres), 17 de abril de 1999
Grabado por Juan Rodríguez Pastor

¿Y la moraleja?

Este es uno de los cuentos recogidos por Juan Rodriguez Pastor en "Cuentos extremeños de animales". Este parece una fábula, pero sin moraleja, así que vamos a tener que proponer algunas:


Moraleja 1: No darse por vencido, aún en situaciones difíciles.
Moraleja 2: Siempre hay alguna picardía superior que puede eclipsar la tuya.
Moraleja 3: Hay animales que son más zorros que las mismas zorras.

La pared del chabarcon

Entre mi peón y yo hicimos una pared, si está bien la hice yo, si no la hizo el... Donde está la paredddd

ÚLTIMO ADIOS A JUAN

Han llegado malas noticias a la Tiesa. Nos hemos enterado del fallecimiento de Juan Ramiro, activo participante en esta página durante largo tiempo.... y van ya: ARTURO-NARCISO, JUAN,... Demasiados, pero, esto no para. Le deseamos, como a los anteriores, que descanse en paz y que, si era creyente, le acoja Dios en su eterna morada. A los familiares y amigos que leean esto, de igual forma les damos nuestro más sentido pésame.
No olvidaremos los buenos ratos que nos hizo pasar con sus relatos referidos a tiempos pasados y sus vivencias personales a los largo de su vida. Descanase en paz. ¡ Nosajodio !

ADIOS

Mi más sentido pésame a toda la familia de Juan Ramiro y muchos ánimos a Mª Bel y a sus hijos que van a notar mucho tu ausencia. A ti, Juan, gracias por todo lo que has compartido con nosotros desde estas páginas, una vida muy intensa que a pesar de la dureza de algunos momentos nunca te agrió el carácter, te recordaremos así, alegre, jovial y campechano; que te vaya bonito como dicen los mejicanos de tus rancheras y que allá donde estés sigas siendo feliz.
Besos
Carmen

Hasta siempre...

¡Vaya sorpresa...! ¡No nos lo podemos creer...! ¡Esto no puede estar sucediendo...! Nuestro amigo Juan es eterno. Siempre estará aquí con nosotros. Con todo lo que nos ha contado, lo que nos ha hecho reír y recordar. Con esa vida intensa por la que ha tenido que pasar. Tantas aventuras, tanta lucha...

¿Echabas de menos a Arturo y a Narciso...? Pues venos abriendo rancho pa cuando nos toque a nosotros y un buen enchufe que lo vamos a necesitar.

Descansa en paz... pero no te vas a librar de que te tengamos siempre presente.