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Participa / Foros / Blogs / Juegos de niños

webmaster escribió el día 27/7/2006 a las 2:10

Juegos de niños

Vamos a copiar en este foro-blog las brillantes aportaciones, principalmente de Fernando (y las que nos promete), sobre el tema de los juegos infantiles de antes, que se han venido improvisando en distintos huecos, para tenerlos mas agrupados y ordenados aquí.

Cuando leamos el libro “Juegos populares de Serradilla” de nuestro paisano Barbero Mateos, que ya hemos encargado por Internet, vamos a tener muchos más motivos para comentar y recordar.

Acabaremos publicando entre todos nuestros “Juegos populares de Torrecillas”.

Fernando escribió el día 27/7/2006 a las 2:25

JUEGOS DE NIÑOS


Otro recuerdo de mi niñez, son los juegos a que dedicábamos nuestro tiempo libre. Eran muchos y todos participativos. Prácticamente se desconocía el fútbol y el tenis, aunque se practicaban algunos que se asemejaban algo, cuando hicieron su aparición los primeros aparatos de radio, con la llegada de la luz eléctrica que se producía en la antigua fábrica de harinas, aunque el suministro era muy recortado de horario: Se encendía al obscurecer y se cortaba a media noche, pero aquello empezó a llenar nuestra memoria con los nombres de Bustos, Ipiña, Huete, Zarra, Gainza..... aunque nuestra idea de la práctica de tal deporte, en sí, era muy relativa al no poder verla como ocurre ahora

Pero lo más llamativo de los juegos de aquella época eran los útiles o juguetes que se utilizaban: Todos eran caseros o de fabricación propia.

Empezaré por el de LOS SANTOS que se jugaba con las cartulinas de las cajas de cerillas. Había dos clases: los santos: corrientes que eran de las cajas de cerillas de treinta fósforos y las “madrastras” (que valían cinco “santos”) que procedían de las cajas de cincuenta. Se jugaba entre dos, tres o cuatro participantes y el juego consistía en dejar caer el cartoncillo desde una determinada altura marcada en la pared hasta que llegaba al suelo. Si el segundo jugador tenía la suerte de que su cartoncillo o “santo” tapara parte del que ya yacía en el suelo, ganaba y se quedaba con los dos, pero solía ocurrir que se acumularan varias de las estampitas sin rozarse y aquello contribuía a darle más emoción al tirador siguiente que, a lo mejor, conseguía que su santo tocara tres o más de los que estaban en el suelo y la ganancia era mayor al recuperar varios de un solo golpe. En este último caso, cuando la ganancia estaba casi asegurada, era el momento de utilizar la “madrasta” que al tener más superficie, tenía mas probabilidades de tapar más de los que estaban en el suelo.
Había otro juego, no muy higiénico por cierto, que se llamaba “el moge”(con ache aspirada) que consistía en poner un determinado número de “santos” con el dibujo hacia el suelo y, siguiendo turno, intentar ponerlos boca arriba tocándolos con el dedo pulgar mojado con saliva. Algunos hacían trampa mojando el dedo en los mocos que eran más adhesivos.......

Como aún no me había marchado, os envío un nuevo relato que espero continuar a mi regreso, con la descripción de "A la una de la mula", El tirable, los juegos del peón, los zancos y otros que iré recordando.

Adrian escribió el día 29/7/2006 a las 18:27

El “pin” quieto

Supongo que el nombre original sería el de “pié quieto”, pero a mí me suena que todos decíamos ‘jugar al pin quieto’.

Es un juego muy sencillo y entretenido. Consiste en ‘tirar a dar’ fuerte al otro con una pelota de goma de meridiana dureza y flexibilidad; lo suficientemente fuerte como para que al estamparse contra las chichas del otro le cause un picorcillo deshonroso de tal calibre que el pobre interfecto-afectado ponga cara de pocos amigos, con el consiguiente regocijo general del resto de los participantes.

Un poco brutos si que éramos. Como en ese otro juego (no recuerdo como se llama) en el que se pasaba el cinturón por detrás mientras el pringao lo buscaba, pudiéndole caer en el entretanto una buena tunda si no se espabilaba; o aquel otro en el que había que ir a esconder el cinturón y el que lo encontraba salía en persecución de los demás, zurrando a diestro y siniestro hasta que se pusieran a salvo en el lugar convenido como “casa”.

Al “pin quieto” se jugaba a cielo abierto, en las calles o en el campo (la dehesa podía ser un buen sitio o cualquiera de las dos plazas).

El que coge la pelota grita ¡pin quieto!’ y todo el mundo tiene que pararse allí donde le haya pillado. En esta situación de ‘tos tiesos’ como estatuas, menos el de la pelota, este inicia parsimoniosamente su venganza, pudiendo desplazarse hasta tres pasos desde su sitio, apuntando y disparando al más próximo o al que mejor superficie le ofrezca. La pelota es fuertemente lanzada para hacer el mayor daño posible y portando la doble intencionalidad de rebotar lo suficientemente lejos del lanzador como para no convertirse en víctima de la próxima andanada.

Tras el lanzamiento de la pelota y su rebote cada uno de los participantes en el juego tiene que enfrentarse a una decisión crucial: o ir a pelear para conseguir la bola y ser el siguiente lanzador, o alejarse lo máximo posible de ella para no ser mártir del afortunado que la logre capturar. Corres el riesgo de ir a por la pelota y otro la capture antes.

Las más brillantes actuaciones son aquellas en las que, tras un lanzamiento, el que hace de blanco caza la pelota al vuelo, mutando de agredido en agresor de forma inmediata y al grito de ‘¡pin quieto!’ sorprende al resto ‘in fraganti’, a su merced y placer, víctimas propiciatorias para su venganza, y sin opción, si quiera, de plantearse el siguiente movimiento.




A.G escribió el día 5/9/2006 a las 14:27

La rutaera

¿Como se hace una rutaera tradicional?

Ingredientes:

1. Una cañahejaseca
2. Pan
3. Dos trozos de papel
4. Trozo pequeño de cartón

Preparación:

Se corta y se limpia bien el palo de cañaheja que va a servir de soporte de la rutaera con una longitud aproximada de un metro.

Se corta un tubo de palo de cañaheja de unos 10 centímetros, sin nudo o con el nudo en la mitad. Se parte longitudinalmente por el medio y se desprecia la otra mitad. Se hace un agujero en el centro de por donde va a ir el eje. Si en el medio iba el nudo la rutaera tendrá más duración.

Se masca pan y se hace así un engrudo de saliva y pan pegajoso. Se pone esta pasta simétrica en los carriles del semitubo. Se pegan dos trozos de papel simétricamente, como banderas mirando cada una para un lado.

Con el cartón se recortan dos arandelas. Se hace un eje de palo y se insertan sucesivamente la arandela de cartón, la rutaera, otra arandela y el palo soporte.

Y ya está.

Hay que esperar un día a que el engrudo antes de poderla usar.

A.G. escribió el día 5/9/2006 a las 17:41

Contraindicaciones

Cuidado con la cañaheja que aunque pueda servir para la curación de los Esquirros, Cancros, Cataratas, Gota, y otras graves enfermedades según Casimiro Gómez Ortega en el "Tratado de la naturaleza y virtudes de la cicuta llamada vulgarmente cañaeja..." es veneno puro.

Fernando escribió el día 9/9/2006 a las 4:59

LOS BOLINDRES

Los bolindres eran, normalmente, bolitas de barro pintadas ( las que se vendían en los comercios o se adquirían a cambio de alpargatas de goma viejas o trapos viejos de cualquier índole, del “hombre del pito” que venía a la plaza una vez a la semana) de centímetro y medio de diámetro aproximadamente pero que solían ser “cachizas” casi siempre, por lo que, la mayoría de los muchachos intentábamos conseguir nuestros suministros de las que los hijos de los “tejeros” del pueblo, fabricaban y cocían en los tejares. ¡Aquellos bolindres si que eran duros!. Lo que ocurría era que su perfil esférico dejaba mucho que desear, la mayoría de las veces.

También existían las bolas de cristal, mucho más escasas, que procedían de las botellas de gaseosa que fabricaban en casa de “Tía Juana”, que eran un tipo de botella cuyo cierre hermético se efectuaba con dicha bola presionada contra el cuello de la botella por el empuje del gas carbónico que contenía la mezcla. Estas bolas se solían cotizar a cinco “bolindres”. Y por último, había bolas metálicas que procedían de los rodamientos de las máquinas; éstas eran mucho más escasas y su cotización (siempre al cambio) era muy variable.

Para jugar era imprescindible “el guá”; hoyo que se hacía en el suelo, a ser posible de bastante profundidad ya que una de las operaciones que se hacían con los “bolindres” consistía en intentar sacar, uno que estuviera dentro, a fuerza de darle con otro y, si éste era profundo, la operación era prácticamente imposible por mucha fuerza que tuvieras en los dedos para impulsar tu “proyectil”. Estos “guas”, si estaban cerca de las escuelas, también eran utilizados para orinar directamente en ellos, en los recreos, y de camino medir la cantidad de orina retenida. Era una verdadera “hombría”, ser capaz de llenar un “guá” profundo. ¡Qué cosas!.....

El juego se iniciaba haciendo la selección del orden de intervención, que se establecía arrojando el bolindre hacia el “gua” desde un punto determinado y midiendo después la distancia a que cada uno había quedado. El más próximo o que lograba entrar en dicho hoyo, era el primero en iniciar el juego. Las distancias para determinar el orden de intervención, se medían por medio de “cuartas” (distancia entre extremos de pulgar y meñique) y “dedos”.

El primero en intervenir, si no había entrado en el “gua”, tenía que entrar con su “bolindre” en el hoyo y desde allí estudiar la estrategia de su intervención. Se solía inclinar por el contrario más próximo o situado más favorablemente para, una vez marcada una cuarta desde el hoyo, dejar la mano izquierda (el que no era “gacho”) como soporte para el lanzamiento, generalmente con los dedos corazón y pulgar, de su bolindre contra el seleccionado al que había que golpear tres veces consecutivas, pronunciando las palabras reglamentarias: media, cuarta y pies, para después, desde el punto en que quedaba la bola del jugador, intentar “hacer gua”. Si lo conseguía, ganaba un bolindre al dueño de la bola que había sufrido los desplazamientos e iniciaba un nuevo juego contra el contrario más próximo, y así sucesivamente. Si fallaba en alguna de las operaciones descritas, automáticamente iniciaba el juego el segundo jugador en el orden establecido.

Cuando no se veían posibilidades de conseguir resultados positivos, se solía optar por alejar al contrario lo más posible del hoyo, mediante un fuerte impulso de la bola propia contra la del otro.

Las “trampillas” más comunes solían consistir en arrastrar disimuladamente la mano de apoyo o deslizar la muñeca hacia el objetivo, apoyando el antebrazo en vez de dicha muñeca. Esto se llamaba “alongar”.

Fernando escribió el día 9/9/2006 a las 5:07

EL PEON

Como casi todos los juegos a que me he referido en estos pequeños relatos de antaño, el peón (trompo) tenía sus épocas, más bien debido al estado del suelo, ya que todas las calles del pueblo eran de tierra y, cuando empezaban las lluvias de otoño-invierno era difícil encontrar el sitio adecuado para practicarlos.

La procedencia de este juguete, aunque se podía encontrar en algunos comercios, solía ser de carácter artesanal, ya que la existencia de varios talleres de “aperaores” (los de “Los Lalos”, con “Tio Justo Peorro”, “Tio Randa” y “Tio Renegao” y el de “Tio Pedro El Sacristán”) nos proveían de la parte torneada de la madera a la que había que “hecharle la púa”, trabajo que había que encomendar a alguno de los varios herreros que había en el pueblo: “Tio Peña”, “Tio Bevo”, “Tio Serván” (Jacinto o Kiko) , “Tio Morato” o “Tio Linda”.

Aquellas “púas” que nos ponían los herreros, eran mucho mejores que las que traían los peones del comercio, porque daban unas “ñicas”(picotazos) mucho más profundas y, además, los peones no “escarabajeaban” y se quedaban “clisaitos” en la palma de la mano, cuando los cogíamos bailando del suelo.

Uno de los juegos con el peón consistía en intentar sacar de un círculo, previamente trazado en el suelo, las monedas de cobre de cinco o diez céntimos de peseta (“perra chica” y “perra gorda”) a base de darles “picadas”, o sea empujando la moneda con la “pua” del peón que, previamente se había recogido, entre los dedos de la mano, bailando sobre el suelo. La operación se repetía, una y otra vez, mientras el peón seguía bailando, pero casi ninguno aguantaba mas allá de los tres intentos pese a los enérgicos lanzamientos con que, el que más y el que menos, intentaba dar el máximo de revoluciones a su trompo.

Para hacer bailar al “peón”, había que enrollarle fuertemente con una cuerda a su alrededor, para, posteriormente lanzarlo al suelo con todas las fuerzas y habilidad de que uno era capaz.

Las mejores cuerdas que se vendían en los comercios, eran unos cordones blancos, de algodón, que las mujeres mayores utilizaban para los “coletillos” (prenda precursora de los “sostenes”), pero al igual que casi todos los juguetes o sus accesorios, como ya he comentado, también las había de fabricación casera hechas con lino torcido, que por entonces se sembraba mucho, que prácticamente eran irrompibles.

Como dije antes, se utilizaban para el juego las monedas de cobre de cinco y diez céntimos, pero por entonces, el tener este “capital”, no estaba al alcance de cualquiera, había que recurrir a los “platillos” que eran las chapas de cierre de las botellas de gaseosa, a las que se les doblaba hacia dentro sus bordes, y que, en esta ocasión, procedían de la fábrica de “Tio Morralero”, que originariamente estuvo instalada en una casa-taberna en que luego hizo su casa Manolo Mariscal q.e.d. y luego se trasladó a la casa nueva que dicho fabricante-tabernero-pelador de burros y caballos, construyó en la “Plaza Vieja”. Le recuerdo con afecto por sus graciosas “ocurrencias”.

Otro juego que se hacía con el peón consistía en que , una vez lanzado al suelo para que bailara y recogido en la mano, bailando, el que menos tiempo resistía era castigado a quedarse en el suelo para que los demás lanzaran sus respectivos “peones” contra él, con la idea de clavarle la púa o, en todo caso, alejarle del punto de partida hacia la dirección determinada, bien haciéndole rodar mediante sucesivas “picadas” que se remataban con el “cosco” final (golpe que se daba lanzando el trompo bailando contra el que estaba castigado en el suelo).

Fernando escribió el día 9/9/2006 a las 5:34

La una de la Mula.

Consistía el juego en ponerse uno de los participantes agachado, con los codos sobre las rodillas y la cabeza baja, para permitir que los otros participantes saltaran sobre él apoyando las manos sobre sus espaldas al tiempo que el primero en saltar, entonaba una tradicional retahíla que empezaba así:

-A la una de la mula

-A las dos del reloj

-A las tres San Andrés

-A las cuatro media vara de alto.
(En este caso, el que hacía de “burro”, debía aumentar su altura apoyando las manos sobre las rodillas, para hacer más difícil el salto, sobre todo a los más pequeños. El que no podía saltar, se ponía de “burro”)

- A las cinco, un buen brinco y la crucecilla en los pies.
(En este caso, al caer al suelo, había que hacerlo con los pies cruzados).

-A las seis, machaca, machaca manteca de vaca en un almirez, y se golpeaba la espalda del “burro”, repetidas veces, antes de saltar.

-A las siete, paso y dejo mi carapuchete.
(Había que dejar la boina, que casi todos gastaban para tapar su pelo rapado, sobre la espalda del repetido “burro” y, como es lógico, cuando habían saltado ocho o diez partícipes, el montón era grande y fácil de derrumbar, en cuyo caso, el causante tenía que sustituir al sufrido “burro”.

-A las ocho, pasó el carnero mocho y se relamió toda la miel que había en el corcho.
(En este caso, el que saltaba, tenía que agarrar todas las boinas u objetos que las sustituían al tiempo que saltaba y cuando caía al suelo, seleccionar la suya y volver a poner en las espaldas del “burro” las restantes, para que ,el siguiente, hiciera la misma operación. Como habrán deducido, la caída al suelo de cualquier prenda suponía la obligación de sustituir al “burro”.

-A las nueve, pan y miel quiere.

-A las diez, repica el almirez.
(Otro batir sobre la espalda).

-A las once, llama al Conde.

-A las doce, ya responde.

-A las trece, ya amanece.

-A las catorce, Periquillo el aguador.
(Este era el salto de mayor altura, ya que (le llamaré “sufridor” esta vez) se ponía de piés con la cabeza inclinada y había que saltarlo apoyándose en el cuello; el que no era capaz, se proclamaba sustituto del “burro”.

-Muerto le llevan en un serón.

-El serón era de esparto.

-Muerto le llevan por los tejados.

-Los tejados son de tejas.

-Muerto le llevan por las callejas.

-Las callejas son de Madrid.

-Repica, repica el tamboril.
(Y “repicando” sobre las espaldas, terminaba el juego).

Fernando escribió el día 9/9/2006 a las 5:38

El tirable

Parecido al anterior, se desarrollaba haciendo una raya en el suelo, a partir de la cual, el “burro” de turno, soportaba el salto de todos los participantes y, cuando pasaba el último, se desplazaba, lateralmente, un paso que le iba alejando de la raya marcada en el suelo.

El nuevo salto había que hacerlo sin pisar la raya; por cuyo motivo, a medida que avanzaba el juego, la distancia hasta el “burro” iba aumentando paulatinamente.

Era el primer saltador el que determinaba si el salto se hacía de una sola vez (enteras) o se daban algunos pasos para acortar distancias (medias). Normalmente, cualquiera que fuese el primer saltador, se esforzaba, cogiendo “carrenderilla”, en acortar distancias utilizando el menor número de “medias” o pasos. Una especie de salto de longitud, pero con el agravante de que se debía saltar el obstáculo.

Como en el juego anterior, el que no superaba la prueba, se ponía de “burro” y se iniciaba el juego nuevamente.

Fernando escribió el día 9/9/2006 a las 5:44

Abones (el culo traspones)

También era un juego de salto. En este caso, el burro de turno, se apoyaba en la pared, preferentemente en la reja de una ventana, y el resto de los participantes saltaban sobre él, agarrándose a los hombros, y quedándose apilado para recibir al siguiente que, a su vez, debía recibir a otro, y así sucesivamente hasta que la torre se venía abajo, o las piernas del primer receptor no aguantaban más, lo cual suponía un descrédito.

Podía ocurrir que el montón de cuerpos fuera excesivamente alto para el que intentaba encaramarse y no lograra subir: era, automáticamente, el nuevo “burro”.



En casi todos estos juegos, el orden de participación se solía determinar haciendo una raya horizontal en el suelo (de tierra, por supuesto) y desde una determinada distancia se lanzaba “la tanga” (piedra “lisita” y redondeada) y la proximidad a la raya determinaba el orden de participación. El más alejado, era... ¿Adivináis qué?

Fernando escribió el día 9/9/2006 a las 6:18

Los “Aperaores”

Y ya que he mencionado a los talleres de “aperaores” en este relato, no puedo por menos que recordar a aquellos verdaderos artesanos de la madera en su labor diaria de fabricación de carros y carretas, así como todo tipo de “aperos de labranza”, de ahí su nombre.

Cuando tenía tiempo, uno de mis pasatiempos favoritos, era observar la certeza de sus golpes de hacha para moldear la madera, que luego era rematada con la azuela y la escofina o el cepillo.

Las “mazas” de los carros (soporte de las “cañoneras” que luego girarían alrededor del eje), eran verdaderas obras de arte porque, una vez torneadas en el rudimentario torno, accionado a pedal, tenían que hacerles los huecos simétricos, a su alrededor, para el alojamiento de los “rayos” o radios que, a su vez, se incrustaban en las piezas que conformaban la rueda de madera (“pinas”) que luego recubriría el aro metálico. ¡Ho el aro metálico!. Aquello si que era todo un espectáculo. Desde su conformación como tal aro, partiendo de una tira de hierro de unos dos centímetros de grosor por unos diez de ancho que los herreros iban dando forma, calentando pequeños tramos en aquellas fraguas de dos fuelles y golpeando (“machando”) y dirigiendo con su martillo el sincronismo de los “machos” que manejaban un par de ayudantes, con determinados repiqueteos sobre la “bigornia”.

Pero lo verdaderamente espectacular era ver como se acoplaba aquel pesadísimo aro metálico al armazón de madera.

La operación previa consistía en calentar el aro de hierro, para lo cual se colocaba sobre tres o cuatro piedras, a una altura de unos veinte centímetros del suelo, y se rodeaba toda la pieza metálica con “boñigas” de vaca secas, hasta taparla, y a continuación se prendía fuego a tan singular combustible, cuyo poder calorífico quedaba demostrado tras algunas (bastantes) horas de quemarse paulatinamente, hasta conseguir poner el hierro al rojo vivo. La vigilancia debía ser casi constante para ir reponiendo los huecos que se producían en zonas en que la materia prima, al estar más seca, se quemaba antes; pero el resultado final, era un aro enorme y pesado, dispuesto para acoplarse al armazón de madera que formaba la rueda, que, previamente, se había puesto sobre unos “burros” o soportes de madera.

El aro al rojo, se retiraba del fuego mediante unos largos “gatos” , que portaban cuatro operarios y lo situaban, con toda la precisión posible, sobre la rueda de madera, en la que lo dejaban caer, para, inmediatamente, empezar a apalancar, con dichos “gatos” de forma que fuese abrazando todo el contorno simultáneamente y cuando el ajuste se consideraba perfecto, en medio de la humareda, se procedía al enfriamiento del repetido aro metálico, por medio de “calderetas” de agua que había previstas. La contracción del metal, al enfriarse, hacía un ajuste casi perfecto que, posteriormente se refinaría por medio de azuelas y escofinas. ¡Todo un arte!

Otro de los “aperos” que me gustaba ver hacer era el yugo de las vacas que, en la mayoría de los casos, eran verdaderas obras de arte, porque, aparte de sus dos arcos armoniosos de cada lado, los alojamientos de las “coyundas” y la “argolla” metálica destinada a soportar el “timón” de los arados, eran admirables los adornos que hacían en la madera, alrededor de las iniciales del propietario a que iba destinado.
Las “coyundas” eran larguísimas tiras de piel, de unos tres o cuatro centímetros de ancho, que servían para uncir las vacas o bueyes al yugo posado en el testuz; operación que requería fuerza y habilidad.

Los “dentales” eran otro de los artilugios de madera que servían para soportar la reja metálica de los arados que, formando conjunto con el “estebón” y las cuñas, iban alojados en las “camas” metálicas (las he conocido de madera) que, a su vez, iban unidas al “timón”. Pero todo esto terminó con el progreso que supuso la llegada de “las vertederas”.....

Nota:
Antes de que nadie proteste por el uso que hago de los “motes” o sobrenombres, pido perdón a quien se pueda sentir molesto; pero la verdad es que sin su uso, estos recuerdos no tendrían la emotividad que siento al escribirlos.

Pido perdón, una vez más, y espero que, al menos los de mi edad y próximos a ella revivan en su mente aquellos felices días de nuestra niñez.

Adrian escribió el día 9/9/2006 a las 9:37

Los espuliques

A ver si Fernando recordara este verbo, “espuliquear”, que utilizan nuestros paisanos Jesús Barbero Mateos y Remedios Cuesta García en los “juegos populares de Serradilla”.

“Los espuliquis”, según ellos, es un juego en el que “se designa una burra que soporte el ardor de los jugadores. Los demás participantes se sitúan detrás de la madre en rigurosa fila, para seguir a ésta en sus habilidades…”

Resumo, de lo que se trata es de ir saltando por encima del que le ha tocado de “burro” (“burra” dicen los de Serradilla) y dándole de coces (“espuliques”), culatazos (“culatás”) u otra serie de filigranas cada vez más complicadas cantando una retahíla como esta:

“AL SUBIR-LIQUI
CULATÁ AÑ BAJAR
SIN MANOS-AL SUBIR-LIQUI
AL SUBIR-LIQUI-CULATA AL BAJAR…”

(“Liqui” es el “espuliqui”)

“Como regla general –continúan los autores-, no se puede, siquiera rozar a la burra, bajo pena de jincarla”. “La madre” es en los juegos de Serradilla el que hace de jefe o moderador.

Fernando escribió el día 12/9/2006 a las 18:25

"Los espoliques"

En contestación a la expresión "espuliques" a que hace mención Adrian, ¡claro que la recuerdo!, porque, efectivamente, se utilizaba a menudo en los juegos de "pídola" (como se conocen en la mayoría de los sitios) y era un castigo que se infrigía al "burro", unas veces por disposición del primer jugador y otras por que el juego en sí lo mandaba. La falta de ejecución de dicho mandato, suponía la pérdida de turno y la obligación de sustituir al "burro".
También existían las "culetás", pero no se practicaban mucho porque el " burro" se quedaba "arrengao" y la mayoría de los muchachos no querían participar.
El término "espuliques" creo que se debe a que la parte de Serradilla se acusa más el lenguaje "castúo", pero creo que nuestros "espoliques" son los mismos.
Los usábamos, también, para " espoliquear" a las "bestias" (burros, mulos y caballos) , cuando montados sobre ellos, "a pelo" la mayoría de las veces, intentábamos que aligeraran el paso.
Un saludo.

Adrián escribió el día 26/9/2006 a las 11:27

Espoliques al diccionario torrecillano.

Así es. Las incorporo a nuestro diccionario:

Espolique: Acción y efecto de espoliquear.
--------------------------------------------------------------------------------
Espoliquear: Espolear. Picar con la espuela o tacón a la cabalgadura para que ande.
--------------------------------------------------------------------------------

Está claro que los de Serradilla son mucho 'peor hablados' para hacer derivar 'espolear' en 'espoliquear' en 'espuliquear' en 'espuliquiar' en 'espuliqui' y en 'liqui'.

Adrian escribió el día 1/10/2006 a las 21:44

Las "marcas"

A las "marcas" se juega siempre con el burro, no con un ordenador. Esta palabra no se conocía en los años 60.

¿Quién hace de burro?. Hay que sortearlo por cualquiera de los procedimientos de sorteo que hay establecidos: la china, la raya, la retahíla, los palillos o las pajas, a pies, a cara o cruz, al dado, a la taba… Algunos de estos procedimientos de sorteo eran casi juegos en sí mismo.

Con la taba se jugaba a muchas cosas, porque la taba es como un dado pero con sólo 4 posibilidades y cada una de ellas con distinta probabilidad de salir: El ‘dos’, el ‘tres’, el ‘seis’, y el ‘to’. Cuando se jugaba a los santos con la taba si te salía el ‘dos’ ponías dos cromos en la mesa (el suelo), si te salía el ‘tres’ cogías tres, si te salía el ‘seis’ ponías seis y si te salía el ‘to’ te llevabas todo lo que hubiera acumulado. El ‘dos’ es el que sale con más frecuencia, seguido del ‘tres’; el ‘seis’ muy raramente, igual que el ‘to’. Pero la habilidad, la destreza y la práctica del lanzador también cuenta. La taba hay que saber tirarla para conseguir un ‘to’ pero al estar el ‘seis’ en la cara opuesta, la apuesta por el ‘to’ aumentaba el riesgo de que saliera el ‘seis’.

La taba, según el diccionario es el astrágalo, uno de los huesos del tarso, que está articulado con la tibia y el peroné.

La taba es un juego de azar parecido al del dado, pero más emocionante porque al no saber cuales son las probabilidades exactas de salir de cada una de las caras no se pueden hacer cálculos para jugar con ventaja, y si quisieras aplicar estadísticas, pronto se te derrumbarían al cambiar de taba, porque cada taba es diferente.

Volviendo al de las ‘marcas’, una vez elegido el burro y el orden de salto empieza el juego. El mano decide el tema: “marcas de coches” y salta el burro diciendo una, por ejemplo “Ford”, luego el segundo: “Barreiros”… “¡a jincarla!-responden todos- ‘Barreiros’ es marca de camiones, no de coches” y el que falló la jinca con el consenso de todos. Y vuelta a empezar: Nombres de fincas: El Baldio de Arriba, el Baldio de Abajo, la Coraja, el Carneril, Vallispedros, la Pizarra, Cachiporro, el Carrascal, Returerta, el Aguila, Valverde, Carmonilla… Luego nombres de futbolistas, marcas de máquinas de coser. El que proponía esta era amigo del burro porque sólo había dos la Singer y otra. Pero la enemistad con el que la jicaba se venía venir cuando el mano proponía motes (de motes era de lo que más se sabía): Belereño, Bruto, Bubilla, Cachito, Cañalero, Catapún, Cerollo, Coguta, Conene, Coronel, Cotongo, Curina, Currino, Charareta, Chatino, Chato, Chelín, Chencho, Chinata, Chiquete, Chiquitin, Chiri, Chonci, Coronel, Flautista, Hisle, Iluminada, Jotaere, Litri, Marrajo, Meyo, Molete, Morralero, Nandi, Nanín, Orejas, Pachanga, Parrota, Patarrota, Patata, Peorro, Perico, Pesetina, Petena, Petete, Pichichi, Polo, Popa, Porque, Potaja, Pua, Puri, Quico, Quique, Ratita, Renegao, Requeté, Silvito, Sito, Tiriti, Tomate, Toño…

El concurso de “Un, dos, tres, responda otra vez” ya estaba inventado.

juan. escribió el día 2/10/2006 a las 20:01

fallaste.repetiste..

fallaste no vale as repetido CORONEL. te toca de burro querido ADRIAN. EHHHH vale polique y todo.y cuando hera la peona se decia vale RABIA Y PICAZO. si vale. si te jodian la peonza te tenian que ajo y agua.y otra nueva . asi que de burro querido .ADRIAN. isino no juegas mas al burro.

Adrian escribió el día 2/10/2006 a las 23:24

Pos si

Aquí no se salva de burro ni el mano que soy yo. Pos a jincarla. Yo no se como nos gustaban estos juegos en los que siempre se pierde. En el un-dos-tres cuando aciertas te dan dinero, a nosotros no solo no nos dan dinero sino que cuando fallamos nos toca jincarla y encima te espoliquean. ¡No hay derecho!.

Adrián escribió el día 11/10/2006 a las 12:41

Pesqueras

Esta noche ha llovido, mañana hay barro. Los regatos llevarán abundante agua. Mañana jugaremos a hacer pesqueras.

Salimos de casa preparados porque nuestra madre ya se lo ha olido. El día se presenta revoltoso. Salimos con las botas ‘catiuscas’, ya bastante ‘domás’ por las ‘rozauras’ laterales en las piernas y las postillas resecas y casi ‘encallás’. Son las primeras lluvias de otoño y aún no han salido sabañones en los dedos de los pies.

Nos juntamos con los amigos. No hace ni falta decirlo: Hay suficiente agua, bastante barro y material sólido y pedregoso para hacer un buen muro. La ‘pesquera’ de hoy va a ser monumental.

Se empieza a construir el muro con la misma técnica que los albañiles construyen las paredes: un poco de barro, un poco de piedra… A los mayores no les debe hacer ninguna gracia que embalsemos el agua. NO señor, ninguna. En cuanto nos metamos a la escuela te la destrozarán. Mejor dejar una vía de escape en medio para que vacíe y al salir al recreo volverla a tapar. Barcos de papel no van a faltar para surcar las aguas interiores del mini-pantano construido, que volveremos a soltar con las manos ya encalladas y rugosas, pero disfrutando de las maravillas de la naturaleza, del derribo producido en la pesquera del amigo y los barcos de papel precipitándose regato abajo.

Como en los pantanos reales de los ríos, hay sitios y sitios para embalsar el agua. Algunos tajos pronunciados son los más idóneos para construir verdaderas piscinas, pero no siempre el trabajo que cuesta hacerlo y el esfuerzo en aporte de material compensa la satisfacción de haber hecho la ‘pesquera’ más grande.

Es un juego un poco guarro. Acaba uno con el barro saliendo por las orejas. Pero siempre tendrás la opción de lavarte en la propia agua embalsada. Ya se sabe que este agua turbia y lodosa lleva muchos restos de excremento animal y humano, pero sólo es para lavarse, no para beber.

La profundidad del estanque se comprueba al mismo tiempo que la impermeabilidad de las ‘catiuscas’. Uno se mete con las botas en medio de la ‘pesquera’, caminando como Jesucristo, pero hundiéndose. Un ligero traspiés provocaba el pequeño accidente por el cual acababas con los calcetines empapados (si los llevabas) y las botas con medio kilo más de peso cada una. Gajes del oficio.

Fernando escribió el día 19/10/2006 a las 18:59

Pesqueras con molino

¡Qué agradable recuerdo el de "las pesqueras"! Me acuerdo del regato que, iniciándose en "el cordel", bajaba frente al lateral derecho de vuestra casa y, al llegar a una pequeña rinconada que se formaba a la entrada del huerto de "tio Tomiza" (hoy casa de Plácido Rodriguez), situábamos una de las "pesqueras" más importantes tanto por la pendiente bastante pronunciada como por el volumen de agua que podíamos embalsar, haciendo el muro de contención con barro y piedras y dejando una salida practicable mediante una compuerta hecha con un cacho de pizarra que estuviera "lisita" y bien plana.
Esta compuerta practicable daba acceso a un cauce en el que previamente habíamos colocado un "ruezno" hecho con "cañaeja" y que, al dar salida al agua, giraba y giraba.... hasta que algún miembro de la "cuadrilla" (normalmente el que "más podía") o de otra "pandilla" contraria, decidía patear y romper "la pesquera", con el consiguiente "cabreo" del resto de obreros.
Lo de las botas "katiuskas" no existía en aquella época en que, como habrás obsevado en alguna foto de la Escuela de tu padre, el ir descalzo era muy frecuente entre los chavales. Y te voy a decir un secreto: yo los envidiaba muchas veces, sobre todo, cuando había algún sitio con "barro viño" y veía´como éste se les metía entre los dedos de los piés formando churros. Debía ser muy agradable, pero lo peor era cuando se cortaban con un vidrio o un "rollo" afilado.
El cristal con que se mira.

Fernando escribió el día 20/10/2006 a las 18:04

Palabras raras

Quiero hacer una pequeña aclaración sobre la palabra "ruezno". Se trataba de la turbina o rueda con paletas inclinadas sobre las que caía el chorro de agua que provenía del cauce de los antiguos molinos y que, al girar, movía, a su vez, la piedra del molino.
"La cañaeja" supongo que la conoce casi todo el pueblo y , sobre todo Adrián, que las utilizaba para hacer "rutaeras"

JUAN.. escribió el día 20/10/2006 a las 18:40

PRESA Y HISTORIAS..

COÑO. vosotros lo llambais PESQUERA y nosotros haciamos lo mismo pero lo llamabamos una PRESA podria ser lo mismo .porque tambien llamabamos presa un pedazo de carne soliamos decir. Jo que pedazo de prasa se comio de un bocao este tio. Y tienes razon las botas KATIUSKA la primera que vi . Seria por el cuarenta y una cosa de platico que llamaban presilar algo parecido joder el que tenia un cinto era el amo. Entonce muchos que no tenian para otra cosa se ponia las babuchas pero vosotros no solas pusisteis ni yo . selas solian poner para el campo claro el que no tenia otra cosa tambien en el pueblo .Porque torrecillas tiene tre historias la de unos las de otros y la verdadera . Todas nos podrian servi pero . Vamos como las persona somo semo de tres manera .Como decimos que semo. como dicen los demas semo. Y como verdaderamente semo .Con cual nos quedamos con la que mas nos guste claro luego viene tio pedro con las rebajas. sale una historia como la que nos acarreo FERNANDO y nos jodio el chiringito a los historiadores lo tenemos claro ..

JUAN.. escribió el día 20/10/2006 a las 19:18

PUENTE SUERTE LOS MOZO..

Haaa ya no meacuerdo pero algo me viene a la memoria de una tromba de agua en el rio TOZO a sus paso por el puente del la suerte de los mozo de la carretera y arrastro el puente.Cuando pasaba el AUTOBU o la RUBIA un carro no me acuerdo pero paso algo gordo. Acidente con muertos. Me preguntaron el otro dia pero no pude dar razon. Alguno que se acuerde que nos refresque la memoria a lo que se nos va la olla como ami.

Adrian escribió el día 21/10/2006 a las 22:21

Ruezno al diccionario Torrecillano

Turbina o rueda con paletas inclinadas de los antiguos molinos sobre las que cae el chorro de agua que proviene del cauce, y que, a su vez, al girar mueve la piedra del molino.(Fernando)

Adrian escribió el día 21/10/2006 a las 23:51

El "presiglá" y los jodíos historiadores.

También he metido ‘presiglá’ en el diccionario torrecillano, que no para de crecer y crecer ...

Ya iremos mejorando la definición, los detalles y las anécdotas sobre el ‘presiglá’, pero a mi no se me va de la cabeza la historia del cura párroco de Torrecillas de los años mil setecientos ochenta y tantos, Juan JosefFernández, porque nos está narrando la gran revolución que se acaba de producir en el pueblo; está transcribiendo con todo detalle cómo sucedió y quienes participaron en semejante hazaña. Esto lo está contando en el año 1785, apenas 23 años después de que el pueblo se liberara del vasallaje a que habíamos estados sometidos desde 1558. Año en que había resultado que a la muy graciosa majestad, al verse sin perras para sus guerras, no se le ocurrió otra cosa que vender el pueblo con gente y todo; y no se le ocurrió vendérselo a otro, sino al mismísimo Pizarro, que, si nó él sí su familia, había vivido bien de la esclavitud en América. En España no habría esclavitud, pero el vasallaje (los siervos), era lo que más se parecía a ella y Torrecillas lo tuvo que sufrir hasta 1762, el año de la liberación.

Y costó. Casi dos millones de maravedíes (“Un quento , nobezientos y ochenta y un mill, quatrozientos y quarenta y seis maravedíes de vellón”). No se como pudieron juntar ese dinero entre sesenta vecinos. 4 años de burocracia por la corte que se tiró Francisco Sánchez de Torres… ¡Costó!.

“La real carta ejecutoria se expidió en Madrid en los 20 de febrero de 1762”. El día de la liberación torrecillana.

El 6 de marzo tomó posesión Alonso de Vega como primer alcalde ordinario, independiente… Independiente inclusive de Trujillo (para gran sorpresa de los trujillanos) salvo en lo de las alcabalas (impuestos) que había que pagar a la casa real.

Se explica la euforia del cura cuando describe: “tiene esta villa por singular divisa la casa real del pósito , por gozar de la mejor arquitectura sus paredes, y en ella está la real cárcel y Casa de Ayuntamiento, zircunstanzias todas para el buen régimen y govierno desta república, toda de bóbeda, su archivo de tres llaves...” Tanto entusiasmo que uno empieza a temer un final subversivo como “¡Viva la república independiente de Thorrezillas de la Tiessa!”, o algo así. Faltó poco.

Adrián escribió el día 22/10/2006 a las 0:09

Tirantillo

“La palabra ‘tirantillo’ no está en el Diccionario” de la RAE; así que podemos proseguir.

En el diccionario de Torrecillas si está: “Tirantillo: Tirachinas (Horquilla con mango a cuyos extremos se unen los de una goma para estirarla y disparar chinatos, piedras, perdigones, etc.)” Lo mismo que “Chinato: China, guijarro pequeño”.

Bueno, pues el tirantillo para algunos es un juego y para otros un arma que podía ser requisada por el maestro durante una buena temporada o a perpetuidad en previsión de que nadie se hiciera daño, así mismo o a otros, sin querer o queriendo, o para impedir que los cristales del vecino resultaran dañados por un intrépido apuntador.

Como juego es peligroso. Y como arma también. Como juego se utiliza para practicar el tiro contra los botes, las piedras, los langostos y las cucarachas. Como arma para disparar contra cualquier animal no doméstico que se mueva, salvo los gatos.

Parte del juego consistía en su fabricación. Conseguir una buena horquilla de higuera, encina u olivo. Darla la forma óptima con la navaja y con mucha paciencia. Conseguir las gomas de alguna cámara vieja de ruda de bici o de coche, o camelar a tió Pastor por algún recorte que le sobrara. Recortar un trozo de cuero de zapato viejo. Y montarlo todo, usando unos cabos muy fuertes, o alambre, para que la goma no se suelte. Llevaba su tiempo. Pero al final se conseguía.

Hoy nos vamos a cazar pájaros: gurriatos, tórtolas, palomas torcaces, perdices y codornices, ‘cogutas’, bubillas, aguanieves, tordos, lagartos, ranas y ‘pesetinas’. Por disparar que no quede, pero los ‘pesetinas’ no merecían la pena; tampoco las golondrinas , ni los aviones, ni las cigüeñas, especies siempre aliadas del hombre y por tanto protegidas en nuestro código de conducta adquirido.

Como siempre, volvemos con la cesta vacía. Nos hemos puesto hasta arriba de bellotas, nos hemos enguachinao con el agua la Suerte de los Mozos y nos hemos chupao unos cuantos huevos de los nidos, pero los pájaros torrecillanos saben más de tirantillos que nosotros mismos.

Mañana mejor nos vamos a poner maulas.

JUAN. escribió el día 22/10/2006 a las 14:10

TIRANTILLO Y LA ONDA..

El TIRANTILLO y LA ONDA. Son dos ARMAS de cuidado . que le pregunten a los antiditurbio de las policia. cuando en manifestaciones los utilizan los manifestante . para lanzar bolas de hierro que si te dan te podia costar un disjusto mu cojonudo son peligrosos.Claro si los usa para los pajaros son bueno por lo pajarito fritos buu se hace la boca agua. Y la ONDA aqui me han tocado la fibra porque yo la manejaba como DAVID el que se cepillo al granducho de GOLIA.La soliamos usar para maneja las reses BRAVAS tiene una potencia si la manejas bien terrible.No se mi ABUELO me decia que el las habia utilizado como lanzagranada en la GUERRA de FILIPINA no se no lo tenia yo mu claro aquello pero men enseño manejarla por desgracia de alguna reses. Y de las maulas o cepos para lo pajaros no ni lo cuento porque tenia unos sabañones de la tierra mojada que no se quitaban hasta el verano. Yo era un cazador impedernido pero no de esto de escopeta no y no con las manos limpias o con perros ahí si que no tenia Rivar .ya ya os contare.

JUAN.. escribió el día 23/10/2006 a las 13:08

DE PUNTA A PUNTA..

Estoy mirando la historia de TORRECILLAS y no veo por ningun lado que se mencionen las grandes fincas. Que queda entre el mediodia y el poniente. La dehesa del pueblo mejor cogemos la carretera que nos lleve al cruce. Y de la carretera daros cuenta el monton de FINCAS que tenemos. Hasta que llegamos la GIRONDA .CASARONE .LOS QUINTO .CARMONILLA. Y el CORDE que pasa por la puerta de. J R. Cuando pasaban las vacadas de la zona de AVILA las moruchas que bajaban para las vegas del GUADIANA y ovejas tambien pasaban por ese CORDE .Pasa y sigue para la zona de BADAJOZ cuando el rio GUADIANA su vegas estaban virgene y no tenian regadio. Pasaban miles de cabazas de ganano la epoca de la transumancia .de CARMONILLA partian para la zona del norte BURGO PALENCIA LEON y la sierras de los cameros en la RIOJA y SORIA Los PICOS de EUROPA Solian salir de CARMONILLA Para las montañas del norte tardaban diez dias en llegar y montaba en el tren tres dias. Embarcaban en una estacion llamada la PERALA dicen que hera un espestaculo ver embarca tantos miles de ganado ovejas cabras caballos burros y aquellos grandes perros mastines guardianes de los rebaños de ganados por los ataques del lobo y el oso muy abundante en aquellos tiempos. Ahí es cuando entraba uno animales muy querido por los ganaderos los perros careas que heran los que trabajaban hasta quedar agotados. Todo esto me lo conto un HOMBRE con mayucula TIO ANTONIO el mayoral de camonilla que fue uno de los ultimo que dejo la transumancia salia de CARMONILLA hasta pasar CACERES cojiendo ganado de las fincas que tienen la familia URQUIJO unas diez o doce mil cabeza hasta completar los rebaños solian componerse de dos mil ovejas con sus repestivos acompañantes . hoy suelen hacer la parafenalia otros y suelen pasar por la puerta del SOL de MADRID el que pasa ese rebaño fue cuando joven un zagal de TIO ANTONIO el sesentia olgulloso pero decia que hacian trampa porque hasta MADRID el ganado lo lleban en camiones y encima los pagan asi cualquiera es transeunte .Se enfadaba mucho porque con todas la penita que paban sus pastores durmiendo bajo las estrella o las lluvia o nieve. Que pena que su hijos que viven en el pueblo o tienen casa nos podian contar historias muy bellas de la rudeza de aquellos hombres de una epoca tan dura que cruzaba ESPAÑA de una punta a otra como en las peniculas del oeste tan esplotado en el cine y en ESPAÑA pasamos de puntilla de nuestras historias que tenemos muchas y contamos la de otros paises. Desde aqui les pido a sus hijos que te manden una foto si tienen de ANTONIO montado en su caballo con su sonbrero y sus perros partiendo rumbo al norte entre una polvareda del carajo y un ruido terrible de lo zunbo que ponian a los manso para que encabezara los rebaño decia que pocos habrian hecho el camino tanta veces como el. murio con 93 años y se acordaba yo creo hasta del dia que nacio que memoria tenia hasta el fina de sus dias. Este es un homenaje a un HOMBRE del campo de pura cepa. JUAN.

A.G. escribió el día 23/10/2006 a las 15:04

Las dehesas eran otra historia...

No menciona ninguna dehesa porque las dehesas no estaban incluidas. Las dehesas pertenecían a otros señores feudales (condes, duques, marqueses…) y no formaban parte de la Corona Real:

“los nombres en que fue transigida la venta de dicho lugar de Torrezillas, en uso del deslinde y amojonamiento hecho por el Lizencidado Núñez Abendano, a quien por Su Magestad se dio comisión para que deslindase y amojonase el término de dicho lugar y diese la posesión de él y en lo quál no a de entrar ninguna dehesa, ni casa de ningún cavallero, ni monasterio, sino el ejido , dehesa boyal y tierras públicas conzejiles.”

Y también dice que “su jurisdiczión es media legua y en zircuito o a el rededor una legua a corta diferencia”. Que es más o menos eso: el núcleo urbano con sus cercas, dehesal boyal, el ejido y poco más.

JUAN.. escribió el día 23/10/2006 a las 19:19

NO LO ENTIENDO.

No lo entiendo ni lo quiero entender .pero te aconsejo si te parece que leas puesto que lo has escrito tu . la filosofia de la historia de torrecillas no parece interesar las de los de ante de que cristo dio las tres voces.Mas importante las del dia a dia de CIRIACO. MANOLO ,TIA ESPERANZA NANIN. La de PEPIN no te iba a gustar nada . Ni la pequeñas anedota que tengan lo torrecillanos que estaban en esas finca que podrian ser de perico el de los palotes esto no tienen deracho a tener pequeñas historias.Pues ten en cuenta que sin las personas que conponian todo los que estaban en los campo de al rededor de torrecillas de la tiesa no tendria historia ni anedotas que contar. Amigo pero para nosotro los que nacimos y vivimos aqui. Esa son las historias las nuestra las que hicimos nuca mejor dicho con nuestro sudor bien segando trabajando las tierras no nos interesa si DON FULANO o BELTRANO no le dejaran entra a esta o la otra finca por que no eran del REY pero si de ESPAÑA . por suerte no andaba CAROL ROVIRA por esto lares por que no las estaria reclamando y no creo que solo defenderias a torrecillas de la tiesa .Y dejariamo indefenso nuestros campos que no por que no sean nuestro si estan regados con el sudor de nuestros antespasado y del nuestro tan bien eso a muchos le suena a chino por que se las dieron remecidas .a mi las frase prefabricada no me dicen nada ya tengo muchas escuchadas .me quedo con mi gente con su maneras cosa buenas y malas son los mios .Sino seria isi esta taligrafia o escritura seria de otra manera mas bonita mas intelestuar no me interesa ya soy mayol tengo muchas guerras unas ganadas y otras perdidas. pero nunca perdere el coraje de la leche que medio una extremeña e dicho coraje no la coraja que tanpoco era del REY y tenia historia la de extremadura completa.las guerras no se canaron con los trajes de gala de los generales sino con el valor y la valentia de lo soldados .luego las medallas si para los generales antes y hoy tambien y maldita las guerras soy hombre de paz. Nunca te fies de un ostimita por que es un pesimista bien informado..

A.G. escribió el día 23/10/2006 a las 21:59

Mal por donde lo mires...

Pues eso, que estaba mal la cosa cuando el pueblo pertenecía a la Corona y las dehesas a los señores feudales por 1550 y quedó peor cuando vendieron el pueblo a los Pizarro que debieron ser unos negreros de cuidado, para que el cura del pueblo se atreviera a hablar de vejaciones: “las bejaziones y extorsiones que a los vezinos hazía y en sus vienes y haziendas el dicho marqués”, el de Lorenzana descendiente de Pizarro. Cuando el pueblo se liberó fue un alivio muy grande para los vecinos de Torrecillas pero los que vivían en las dehesas siguieron siendo siervos (vasallos) por mucho tiempo.

Otra cosa , algunas fincas si menciona: Guañispedros (hoy Vallispedros o Vallespedros), Berenga, Cañadas Frías, Boticojo, Guijo, Pizarroso, Herrumbrosa, Covaleda...

Fernando escribió el día 14/12/2006 a las 11:35

Puente de Valverde

Perdona Juan, pero hasta hoy no había visto tu pregunta sobre el accidente del Puente de Valverde.
Aquello ocurrió como te voy a contar: Teníamos ya un viejo autobús ( "La Rubia") que hacía el recorrido Garciaz, Aldeacentenera, Torrecillas, Trujillo y el recorrido inverso por la tarde. Para bajar al rio Tozo, en el que se encuentra el puente de Valverde, hay una regular pendiente que hacía utilizar los escasos frenos de que disponía aquel vehículo que era inimaginable el poderlo detener "en seco". Aquella tarde de septiembre (no recuerdo bien el año, creo 1950), cuando bajaba la citada pendiente, el conductor vió que una carreta de bueyes, cargada de sacos de trigo, estaba entrando en el puente, que no permitía el paso de dos vehículos simultaneamente, y con múltiples toques de claxon, advirtió de su bajada hacia el encuentro que se hizo inevitable.
El golpe fué brutal y los débiles pretiles no pudieron impedir que ambos vehículos cayeran a los "canchos" del cauce seco donde murieron los bueyes y quedaron malheridos bastantes viajeros.
Alguno murió como consecuencia del mismo. Quiero recordar que uno de ellos fué tío Manuel Montero ("Barriguilla").
El "hopital de campaña" se estableció en la casa de Valverde, donde D. Ignacio ayudado por mucha gente que acudió desde el pueblo, realizó los primeros auxilios a la luz de los candiles, los últimos, que fueron trasladados en carros o en burro hasta el pueblo.
Aquel acontecimiento fué, como podeis suponer, tema de conversación ya que no ocurrían accidentes de coche tan frecuentes como ahora; pero lo bueno, bueno, bueno era que tampoco había coches.....

JUAN. escribió el día 14/12/2006 a las 12:52

tenemos que repasar la (CARTILLA MAQUILERA)

Mira FERNANDO yo muchas veces me pego un repaso a la cartilla ( maquilera) para no contar las historias dos veces, tar que tiene uno las neuronas harrelevo si las meto caña me hacen huelga de memoria y me joden (el caramancho). yo creo que lo del puente fue antes del 50. Cuando empeze en esta PAGINA, yo queria contar la pelea de los del telefono pero yo no estaba y conte mas o meno lo que sabia, pero a lo mejor tu sabes mas que yo, y con ese arte cartagenero que tienes con el lapiz se lo cuentas mejor que yo, tu tienes las neuronas amaestra, las mias estan como las maracas de antonio machin. Del accidente del puente yo recuerdo que los mayores decian, si llega a llevar el rio agua no queda ni el apuntao. ADRIAN no seria posible que las cosa que se cuentan aqui se podrian poner de forma que podrias entrar en el donde esten con facilidad, para que no pase como a FERNANDO. puede pasar a cualquiera que mire y como en un saco metes muchas no tedas cuenta y te se pasan y no teenteras de na, vamos digo yo, sin no hay poblemas porque nosotros ya lo sabemos pero el que no lo sabe se pira y no se engancha al carro, he dicho, por numeros o letras o lo que sea, pero a mi muchos me preguntan donde viene eso que tu dices, claro yo los digo en la TORRECILLAS DE LA TIESA. O R G, medicen que no lo encuentra el nieto entre las pocas ganas y lo difici dice no lo encuentro. el otro dia de CANTABRIA por unas fotos y no las pudo ver, y si no como un calandario, por meses lo pones, vamos como el recibo de la luz que tiene unas torreta de cuando te joden la pasta parece que lo hacen con recochineo, como que no sabe la jefa na para torretas a mi con torretas. Lo de tipo calandario estaria bien, cuando pasen los doce mesea los metes en un año,asi hacemos quince o vente mas..

Adrian escribió el día 14/12/2006 a las 19:00

Modos de acceso a los mensajes

La idea de Juan de acceder a la información almacenada por fecha es interesante. Se la podemos trasladar al ingeniero, aunque puede que nos conteste que eso ya está hecho y que lo que sucede es que no sabemos emplear la operativa en todas sus posibilidades.

Está claro que la mayoría de la gente accede siguiendo la jerarquía temática en que están ordenados los mensajes. Esa es una forma.

Otra forma es yendo a la página de inicio y ver los últimos 6 mensajes. Tambien pinchando abajo donde pone "rss" salen los últimos 10. Los mas expertos lo que hacen es meterse en sus páginas personales los mensajes RSS y sólo acceden aquí cuando hay alguno que les interese; igual que hacemos nosotrso con las noticias de ELPERIODICOEXTREMADURA de la portada.

Pero la que más posibilidades nos ofrece es la opción de 'búsqueda', porque además de sacarte lo que esperas encontrar, también te saca cosas que no imaginabas.

Verás, vamos a hacer un ejercicio de búsqueda. Escribo “Valverde” me salen 5 mensajes:

“Puente de Valverde
...había visto tu pregunta sobre el accidente del Puente de Valverde. Aquello ocurrió como te voy a contar: Teníamos ya un viejo...
re: niño perdido
...Risel("los Torzuelos"), Retuerta, La Suerte de los Mozos, El Águila, Valverde, La Pizarra, Señora, Labradillo y Pradillo, Quinto del Roble, Boticojo,...
Las aventuras y desventuras del sargento Paco y el cabo Moreno
...salida nocturna por los campos dorados de la Costa Marrón (Valverde, Retuerta y el Chabarcón). - ¡Arto! –dice el sargento Paco...
Las "marcas"
...Carneril, Vallispedros, la Pizarra, Cachiporro, el Carrascal, Returerta, el Aguila, Valverde, Carmonilla… Luego nombres de futbolistas, marcas de máquinas de coser....
LA CORAJA. DEBATES Y APORTACIONES
...convivido desde niños. Tan natural como ”

y tres fotos:

“Rio Tozo
...El Puente de Valverde...
La encina más alta
...Es una encina de la finca "SEÑORA" al lado de Valverde. Hace límite de finca. Es la más alta del...
El rio Tozo
...Se podía pescar. Es el Tozo a su paso por Valverde....”

Lo que pasa es que hay muchas fotos que no están comentadas y no las saca. Cuando estén todas comentadas encontrará hasta la fotografía de la persona que buscamos. Compruébalo con “Leonardo”. ¡Jo tío!, ¡25 mensajes de Leonardo y 2 fotos!, o con Juan: ¡¡¡ 105 mensajes y 26 fotos!!!

CLARO, ¡ahí está el problema!. Como se decía antes “no es lo mismo 8 que 80”; entre 8 se encuentran las cosas pero entre 80 no es tan fácil.

Siguiendo con el ejercicio, uno empieza a animarse y decide atreverse a hacer una barbaridad que podría poner en entredicho la obra del ingeniero: Me atrevo a buscar algo que esté en todos los mensajes, como por ejemplo la letra “a”. ¡Toma castañas!:
· 609 mensajes
· 18 recetas de cocina
· 9 alojamientos
· 10 bares y restaurantes
· ¡¡ 1014 fotos!!

Pero lo mejor de todo es que los mensajes salen clasificados por fecha y en orden descendente. ¡Justo lo que queríamos! Problema de Juan resuelto.

Hay un peligro cuando se abusa del empleo de esta técnica; y es que puede revelar aspectos ocultos y de carácter sensible, delatando la verdadera naturaleza interior de los foreros: Su grado de machismo, sus sentimientos.... Por ejemplo: preguntamos por ‘mujer’ y nos salen ‘73’; preguntamos por ‘hombre’ y nos dan 77. Bueno, en este caso un aprobaillo, no es de temer que se nos enfaden mucho, pero en otros... el riesgo es evidente, puede delatarnos.





Adrián escribió el día 15/12/2006 a las 4:34

Aunque hubiera coches...

Para lo que corrían... no podían llegar a tener muchos accidentes, y aunque quisieran correr, el 'alisao' de la carretera no les permitía altas velocidades.

Para hacernos una idea, una de las aficiones que teníamos los muchachos era la de ir por las tardes a esperar 'al cerro' a la vieja 'Rubia', incluso algunos se atrevían a ir a su encuentro hasta la subida del kilómetro uno. En las ‘cuestas arriba’ la pobre Rubia sufría de achaques de la edad (deshidratación, falta de agua) y nosotros aprovechando esa debilidad la atacábamos por detrás, como perros de caza, hasta llegar a agarrarnos a la escalera que tenía para subir los equipajes a la baca. Así nos hacíamos un buen recorrido ‘de balde’ en un vehículo a motor hasta ‘el parador’ del cordel, donde se le esperaba con un cubo de agua en el taller de tió Silvito (hoy bar de JR) para enfriar el radiador, que ya venía echando humos del largo viaje desde Trujillo.

Alguno, si no había ningún mayor que le riñera o el revisor se lo impidiera, también se atrevía a engancharse a la escalera durante la salida. Esto era más arriesgado porque en ‘la cuesta abajo’ la Rubia tomaba velocidad y más de una vez la maniobra de desacople provocaba un aterrizaje forzoso que te hacía dar con los dientes en el suelo.

¡Que poco respeto le teníamos a la vieja Rubia! La guasa se terminó cuando aquel cacharro acabó con sus hierros en el cementerio de coches y fue sustituido por otra 'rubia' tan moderna que parecía un ‘autorrés’ y que ni siquiera tenía la escalera desplegada para subir al maletero.

Fernando escribió el día 15/12/2006 a las 12:06

Indice

Estoy de acuerdo con Juan (¡ A ver quién le lleva la contraria!) en la posibilidad de que algún mensaje u opinión pase inadvertido para los que no dominamos el tema. Creo que la causa está en que hay tres formas de acceder a los comentarios: portada, foros y libro de visitas. De hecho, mis primeras colaboraciones las hice en el libro de visitas (mal hecho) pero me llevó a ello la alegría de que, por primere vez, yo pudiera ser partícipe de contar cosas vividas en Torrecillas, y no anduve mirando cual sería el sitio adecuado. En visitas siguientes a la web, viendo las novedades de la portada fué cuando comprendí la conveniencia de separar los temas en distintos apartados: chistes, colaboraciones, blogs, etc; pero el exceso de apartados también pueden inducir al error y estoy seguro que más de uno no se atreve a participar por no saber por donde meter mano. Creo que un genérico de "cosas y casos de Torrecillas" en primera plana invitando a participar con opiniones, animaría a muchas y muchos .Después, un indice genérico de temas abordados incitaría más.
De todas formas creo que lo primero que debíamos hacer es ir a la escuela.....porque los que saben más que yo me han dicho que, como está, está muy bien.
Comprendo la indirecta de Juan cuando se refiere a la repetición de temas. Yo no pretendo nunca copiar a nadie. Cuando comento algo es porque en ese momento "se me viene a la cabeza" aunque como cuando estamos en la taberna y empezamos a contar algo que pasó antaño, se dan con el codo los compañeros y se dicen al oido"ya lo ha contado cien veces".......¡Yo tambien lo digo de otros..!

Adrian escribió el día 3/9/2012 a las 13:04

Arreconco

Arreconco no es un juego pero servía para jugar.

Arreconco no es un deporte, pero se hacía deporte poniéndose arreconco.

Arreconco no es una forma de viajar, pero podría valer para desplazarse.

Arreconco no es una canción. Pero se podía cantar yendo arreconco.

Arreconco... algunos lo usaban para descansar... pero otros se cansaban.

¿Cuantos juegos distintos se podía hacer yendo arreconco?

¿Que es arreconco?

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