Torrecillas de la Tiesa: La Web de los Torrecillanos

Va un torrecillano del mismo Lasarte por la autopista, adelantando a todo el mundo con su coche recién comprado en la feria de su ciudad, cuando, de repente, nota algo raro. Se echa a un lado, se baja y se da cuenta que una rueda se ha pinchado.

-¡Aiba la ostia! ¿dónde cojones estará en este coche el puto gato y la puta rueda de repuesto?

Mientras juraba en vano y mascullaba la correspondiente sarta de 'cagarse-en-to", se para otro torrecillano de Sanse, al que había adelantado anteriormente de mala manera... y éste le dice:

-¡Joder! ¡la ostia!, ¡Torrecillano de Lasarte tenías que ser! ¿No sabes que estos coches modernos no tienen ni gato ni rueda de repuesto...?

-¡Joder!, ¿y cómo se arregla esto, pues?

-Sólo tienes que soplar fuerte por el tubo de escape y se vuelve a inflar la rueda.

-¡La ostia, chacho! ¡de cojones!. Gracias, ¡eh!

El torrecillano de Sanse se monta en el coche y se aleja descojonado, muriéndose de risa y pensando:

-'¡Estos torrecillanos de Lasarte son bobos!'

Mientras, el de Lasarte estaba sopla que te sopla por el tubo de escape...

-¡Aiba la ostia, que no se infla! A ver si lo estoy haciendo mal...

Y el tío seguía y seguía, pero lo único que se inflaba era la vena del cuello, a punto de estallar.

Ya estaba casi extenuado cuando se para otro torrecillano de Lasarte:

-Oye chacho. ¿Qué haces pues?

-Mira tú que he pinchado y ha parado uno de Sanse que me ha dicho que en estos coches de ahora soplando por el tubo de escape se infla la rueda. Pero nada, por mucho que soplo no hay manera...

El otro que se empieza a reír y le contesta:

-¡Aiba la ostia!, ¡pero mira que eres gilipollas!, ¡eh!... ¿Cómo la vas a hinchar si tienes las ventanillas bajadas?