Bueno, Lucas, me alegro que me hagas esa pregunta, aunque no soy yo quien tiene que saber responder. Esa suele ser la típica cuestión que le hacen los chicos a los maestros, y son estos los que tienen la "obligación" de saber contestar. Como yo no soy maestro, ni tengo esa responsabilidad, podría, simplemente, desentenderme.
No obstante, como casualmente estaba hoy pensando en el tema, a propósito del libro "Termodinámica de la Vida", tengo que contestarte que no tengo aún resuelto el problema. Tal vez cuando lo termine de leer pueda llegar a alguna conclusión un poco más clara, sencilla y comprensible. De momento está todo bastante confuso. Siento que tu lo hayas entendido de otra manera. Si en algún momento te ha parecido que llego a afirmar algo con absoluta certeza, entonces es que en ese punto estoy equivocado. Por ejemplo, si te dijera que "Dios existe", casi seguro que me confundiría. Lo mismo que si te dijera lo contrario. Una vez que me lo preguntó nuestra Carmen, la contesté que se pueden demostrar las dos alternativas. Dios existe como concepto. Basta con preguntárselo al señor Google-que-lo-sabe-todo y te responderá en 0,08 segundos que hay "59.300.000 referencias de Dios". Obviamente son resultados de páginas hechas por hombres, es decir que hablamos de una palabra inventada por el hombre. Como todas. Ahora bien ¿que estamos sobreentendiendo con este concepto? Decías tu que se trata de "algo" que está por encima de todo lo que conocemos. Que tal vez se saliera de las ligaduras que atan a todo lo material, como el espacio, el tiempo, la materia, las leyes del universo. Incluso, algunos han llegado a pensar, que fuera creador o instigador de todo lo existente. Bueno, pues podría ser. No te digo ni que si, ni que no. En principio, mientras no se encuentren argumentos para apoyar una cosa u otra podríamos situarlo en el 50% las probabilidades de que sea. Ahora bien, también te diré que hay algunos listos (muchos más listos que yo) que aprovechan el confusionismo para empezar a ponerle atributos a ese Dios inventado, que redunden en su propio beneficio o que justifiquen su situación personal: un Dios justiciero, vengativo, castigador, con ángeles de la guarda, vírgenes, santos, infiernos, paraísos y purgatorios, para castigar a los que protestan por las desigualdades y premiar a los que rezan, a los que van a misa, y a las procesiones... Tanta exactitud en el conocimiento de Dios se alcanza a tener, que hasta se atreven a pintarlo con barba, pelirrojo, y le atribuyen cientos de leyendas y milagros (o alteraciones [violaciones] de las propias leyes que en teoría creó).
Tu y yo sabemos que la existencia de ese Dios es igual que la existencia de Los Reyes Magos, Papa Noel, Zeus u Horus. Han servido para justificar una organización social con una estructura jerárquica, unas leyes, unas costumbres, ritos y relaciones sociales necesarias y útiles y han posibilitado durante muchos años una determinada convivencia, justicia y paz. Por eso, cuando se trata de hacer distinción entre "creyentes" y "no creyentes", no se piensa en separar a los que "creen" de los que "no creen", sino a los que "acatan" de los que "no acatan" una organización social basada en un conjunto de "creencias", ritos, costumbres, leyendas, normas y leyes que se han ido perfilando a lo largo de los años con determinados resultados, pero que ya están dejando de tener razón de ser desde el momento en que estas leyes y normas van siendo sustituidas por otras democráticamente consensuadas y racionalmente validadas.
De todas formas siento no poder contestarte con la exactitud que me pides. Tal vez, cuando termine el libro, podamos desarrollar un paralelismo entre lo que es una burbuja económica (de las que desencadenan las crisis), y lo que es el Universo en expansión, y de ahí podamos sacar alguna conclusión útil para nuestro propósito. Aunque no te hagas muchas ilusiones. Podría ser que, aún con esos nuevos conocimientos, perseveráramos con las mismas dudas que tanto nos atormentan.
Lo de "bueno", "mejor" o "peor", que discutíamos al referirnos a los tiempos pasados, se trata de valoraciones tienen cierta subjetividad, según el observador que lo analice: un dinosaurio extinto o un "homo sapien" bien situado. Lo que es bueno para uno no tiene que ser bueno para otros. Aunque tampoco eso fuera una materia clave. Lo crucial sería saber posicionarse con una visión global, y desde ese punto de vista era cuando nos parecía que Fernando iba más encaminado, pudiéndose demostrar, echando cuentas; pero como no las hemos echado, nos callamos.
