No os quejareis los " golosones " este año de no poder hacer los "frigos" en abundancia, para satisfacer esas necesidades atrasadas que todos teníamos. Parece que todos érais tan pulcros, educaditos y bien mandaos, que nunca rompísteis el carámbano, ni lo vísteis hacer entre los " colegas " para chupárselo. ¡ Que no lo viera CARMEN, porque en sus tiempos, equiparables a los que comentamos, las necesidades eran otras, vale, porque esas las tenían más que satisfechas, con las industrias heladeras y poleras, permitiéndose el lujo de elegir modelo y todo, entre las variadas ofertas existentes. ¡ Así cualquiera !
Lo cierto y verdad es que este año viene a por nosotros, como nos descuidemos. Por aquí todavía no han corrido los regatos, señal de que los embalses no se llenarán y, cuando menos miremos anadamos a "manaero". Ha caído agua justita para las cosechas y las hierbas y mucho aire, mucho frío y sigue y suma. A mí esos polos tan enormes que se fabricaba JUAN, no me gustaban. Era mucho caldo con pocas presas. Aparte de que mi garganta se resentía al más mínimo exceso. ¡ Te debías de poner morao, JUAN !
Como se nota que el JEFE, era el más goloso, porque no quería mezclar sabores, aunque el agua era insípida. Estoy con él, porque, cada cosa debe saber a lo que es. El agua, a nada.
FERNANDO, insiste y se manifiesta al estilo de los madroñeros: " madruñero y tesa " o algo así, en cuanto a que "cualquiera tiempo pasado, nunca fue mejor ". ¿ Siempre fue peor ?
El tiempo en sí, nunca será mejor ni peor, porque, sólo es una magnitud que unas veces nos parece eterno, interminable y, otras, por el contrario, no corre, sino que vuela a velocidades astronómicas. Lo que nosotros podemos valorar son " momentos " vividos y, por tanto, "pasados", porque el presente lo estamos viviendo y cuando lo recordamos, ya es pasado. Y, el futuro es muy oscuro, trabajando en el carbón, como decía Antonio Molina en una de sus canciones a través de las ondas de Radio Andorra, después de aquellas interminables dedicatorias.
Qué duda cabe que las vivencias de la niñez y juventud, perduran en nuestro subconsciente y, sin saber por qué, nos aferramos a ellas y las recordamos con intensidad, tanto las buenas como las malas. Sin embargo, las acaecidas en la edad ¿ mediana ? ¿ madura ?, salvo aquellas de gran intensidad, como desgracias personales, familiares o acontecimientos muy señalados, apenas afloran, tal vez porque están entremezcladas o revueltas con otras, de tal forma, que es muy difícil individualizarlas. Creo que los recuerdos de la niñez y juventud son más puros, irrepetibles y, por lo mismo, nos parecen mejores.
Coincido contigo, FERNANDO, en que la juventud nuestra y la de todos los tiempos, siempre ha sido y seguirá siendo una etapa de la vida inconfundible, con su sello de rebeldía, de soberbia sin malicia, que lo querrá cambiar todo, que todo lo anterior les parecerá anacrónico y desfasado, que querrán inventar nuevas formas de expresión, tanto oral como escrita; seguirán creyéndose cada un@ un salvador y arreglador del mundo; que.... Y, luego el "tiempo" pone a cada cual en su sitio.
Yo me quedo con la época de jugar al rescate en la Plaza del Rollo, y a los bolindres; y al peón; y a los platillos y los santos; y abone; y a clara y al tirable; y a hacer pesqueras y, también a chupar de los trozos de carámbano de algún chaco " limpio ". A partir de ahí, empezaron las ilusiones, pero, con complicaciones: los estudios compartidos con el trabajo, los exámenes, las escaseces en todos los sentidos... Pero, a pesar de los pesares, con todas las limitaciones y escasos recursos, me siento satisfecho de mi juventud.
¡ Cómo no iban a ser aquellos momentos de mi vida mejores que los de ahora, si yo no sabía siquiera lo que era el colesterol, la hipertensión arterial, la arritmia, etc, etc ! ¡ Para qué quiero yo tener una viña si apenas puedo tomarme, como el que más y el que menos, " un par de deditos "!
¡¡¡ JUVENTUD, DIVINO TESORO !!!
Ahí va una canción típica de la TIESA, si mal no recuerdo de las fiestas que se aproximan: Los Carnavales.
" Donde hay mozos, siempre hay mozas,
donde hay niños, alegría,
donde hay viejos regruñones,
quimeras todos los días "
Por la TIESA, la cantamos sin llorar, porque es una realidad tangible.
Saludos, fríos.
