Torrecillas de la Tiesa: La Web de los Torrecillanos

Me imagino las circunstancias del 'descubrimiento'. Y si no acierto es por tu culpa, por no habernos contado el detalle. Me imagino el momento en que estabais Leo y tu a punto de identificar el objetivo, al que habíais llegado con la ayuda de un GPS acoplado a una PDA último modelo; y que tras haber saltado pareces viejas de piedra de pizarra medio derruidas, atravesado vallas de espino, de repente se os presenta de improviso un tío con una escopeta de caza y os apunta inquiriéndoos y atosigándoos por vuestra condición de intrusos, fisgones, curiosos, inoportunos, ladrones, cuatreros e indiscretos bandidos en tierras privadas, exclusivas, privativas, particulares, propias suyas o de su dueño y señor. Y vosotros acongojados y nerviosos sin poder reaccionar explicándoles lo del teatro romano. ¡Ya! ¡Claro! ¡Un teatro Romano! ¡Pues hoy no hay representación! Y si la hubiera ya se les habría cobrado la entrada a buen precio. ¡No!, reaccionaría Leo, es que un señor que está en el cielo, que es muy amigo de Google ha visto por aquí una estructura con forma de teatro romano y nos ha mandado que investiguemos. ¡Si hombre! Aquí el único cielo que manda es el de los antepasados del patrón de estas tiesas, que puso aquí su sangre, su vida, todas estas piedras, el agua, la tierra, la arena, los bichinos, las flores y las margaritas... y como no traigáis una orden para poder pasar, ya os estáis largando por donde habéis venido. A todo esto, a Toni se le está subiendo la bilirrubina hasta límites de un discurso de cuatro páginas, con el agravante de no poder soltarlo por la amenaza inminente del posedor de todo lo que hay bajo sus pies y sobre su cabeza. Y habiendo tenido que achantarse, agachar las orejas y dar media vuelta con ese voluminoso compendio literario retenido, optó por la más sabia solución de la anuencia y la sumisión. ¡Que no hombre! ¡Estábamos por aquí a ver si robábamos una achicorias, cardillos, o algo...! ¡Coño! Y parece que por aquí en estas sombras tiene que haberlas en abundancia. ¡Claro!, Así, sí. Ante explicaciones plausibles y terrenales con acatación de todo lo que es 'de ley', 'de derecho' de toda la vida, la dialéctica se orienta por unos derroteros mucho más 'reales'.

Leo y Toni acabaron siendo invitados a compartir una tortilla de patatas, mientras disfrutaban de la contemplación de una extraordinaria e insólita formación sin par, hecha con traviesas de ferrocarril y tubos, para mayor gloria y disfrute le las vacas de La Tiesa.

¡Anda que...! ¡Como para ir por ahí contándolo!