Torrecillas de la Tiesa: La Web de los Torrecillanos

Ni una cosa ni otra. La humildad existe. Se demuestra palpablemente que existe de la forma más simple del mundo. Te subes ahí arriba donde pone ‘Google buscar’ y escribes ‘Humildad’ y el bicho te responde “Resultados 1 - 10 de aproximadamente 2,620,000 de humildad. (0.17 segundos)” Con más de dos millones y medios de “humildades” debe de tratarse de algún concepto que exista más que como simple palabra.

Otra cosa es el valor o la calidad de ese concepto. Que su existencia sea real o virtual. Que se trate de una magnitud medible, de una propiedad cuantificable, o solo de un ideal o una hipótesis.

Pasa lo mismo con otros conceptos como Dios, el Amor, la fraternidad… Cuando a mí me preguntan “¿Cuánto me quieres?” tengo que dar por supuesto que preguntan por la valoración de una magnitud mensurable. Por tanto yo contesto invariablemente: “mil doscientos cuarenta y siete”.

Con la humildad, lo mismo, Yo tengo “mil doscientos cuarenta y siete” de humildad. Habrá algunos que esto les parezca una exageración y a otros poco. Pero ese es su problema. Ellos han lanzado la primera piedra al suponer que la ‘humildad’ como el ‘amor’ son magnitudes cuantificables.

Resumiendo: De ninguna manera yo entendería que la ‘humildad’ sea asimilable a la unidad de ‘información’ que es el bit, que solo admite dos valores: ‘si’ o ‘no’, como las luces ‘encendido’ o ‘apagado’; o sea, ‘se es humilde’ o ‘no se es humilde’ sino que existe toda una gama de ‘grises’ intermedia que varía (es función de ) con el tiempo y con la persona (hay personas más humildes que otras, y una misma persona puede ser mas humilde o menos según las circunstancias, la edad, el día, el estado de ánimo, …)

Ahora cuando vayas a casa en lugar de preguntarte “¿cuánto me quieres?” te van a preguntar “¿Me quieres?” que sólo admite un “sí” o un “no”. Así que vete preparado para contestar “Bueno, depende de las circunstancias, la edad, el día, el estado de ánimo… según como te portes… unas veces más, otras menos…” A vé que pasa. Luego me lo dices.