Torrecillas de la Tiesa: La Web de los Torrecillanos

He leído tu relato, El caballista, y me ha dejado impresionada. Es maravillosa la capacidad que tienes para transmitir. Yo también he pasado frío mientras leía, me he metido tanto en la historia que hasta me ha parecido sentir el estómago revuelto por la ingesta exagerada de habichuelas. Qué emocionante! Me ha devuelto un poco a mi niñez, cuando matábamos (cerdos) a las 5 de la mañana y mi hermano y yo nos levantábamos de la cama y salíamos en pijama y katiuscas a romper el carámbano de los charcos del corral, tiritando, mientras correteábamos molestando a todo el mundo; y cómo nos calentábamos en una gran fogata que hacía mi padre con los vecinos que venían a ayudar!. También mi abuela Juana disponía en un rincón, una mesa con anís y aguardiente por donde pasaban, como un ritual, todos los presentes a tomarse un chupito y una taza de café para entrar en calor, (no hace falta decir que a escondidas, saboreamos decepcionados aquellos licores tan espantosos!). Mi madre mientras, preparaba los cacharros para remover la sangre y las vecinas que iban acudiendo, pelaban patatas; nosotros de allá para acá nos ganábamos más de una regañina, hasta que nos dejaban encender un matojo o tocar las vísceras del animal descuartizado... por enredar más que nada. Luego, al entrar el día, la magia se desvanecía; ya todo era ajetreo, resbalones, manchas de grasa por doquier y olor a pimienta y carnaza. Eran finales de los 60 y hacíamos la matanza en la Ribera. Casi todo el barrio acudía a llenar chorizos, 'una fiesta' que se repetia casi a diario porque luego había que corresponder ayudándose mutuamente. En diciembre y enero, todos los días eran matanceros. Se vivía bien entonces, o mejor dicho, se empezaba a vivir mejor. La emigración hizo mella en el pueblo, se nos fueron amigos, familiares que echaron raíces en otro lugar, en otro país...nos quedamos solos... y ellos también solos allí... qué duro!
Nunca estuve en una cacería y no tenía ni idea de que duraran hasta la tarde-noche. Lo más parecido que he visto y leído a eso que cuentas, fue la novela de Delibes 'Los Santos Inocentes', que es tal cual tu nos describes, los señoritos con sus secretarios ( de éstos tenemos que hablar ), sus ojeadores, sus criados, sus caballistas. Que tiempos! Entiendo la nostalgia porque fue vuestra vida y seguro que hubo mucho bueno, pero no puedo evitar palpar la miseria de algunas de las cosas que mencionas. Muchas gracias Narciso , ahora mismo te bombardearía a preguntas sobre esa Torrecillas de los años 50, pero resultaría largo y a lo mejor pesado, ya habrá lugar. Me conformo con que sigas con Fernando, Juan, Adrián y Lucas ( a ver si se anima ), rellenando muchas lagunas que tenemos sobre lo que fueron las vidas de nuestros ancestros. Jope!!! lo que se aprende en esta web!!!!