Torrecillas de la Tiesa: La Web de los Torrecillanos

No quiero parecer un incondicional defensor de las actuaciones de la Iglesia, o del cristianismo. Hay mucho clero encargado de hacerlo, con muchos estudios y muy buena preparación. Quiero que se manifieste una visión neutral. Que se trate de juzgar su sentido histórico sin los apasionamientos que hemos tenido que sufrir en nuestras propias carnes. ¡Menudo mesecito de rosario nos hacían pasar las beatas! Esa era la interpretación supersticiosa de la religión. Lo mismo que podrían hacer los santones poniendo velas a Fidel Castro y, los más adictos, inundando el país de banderas inmensas y fotografías del sacro líder. ¡A saber lo que les hacían recitar y aprender a los pobres niños que enarbolaban el libro rojo de Mao!.

NO. Una vez abstraídos de esos apasionamientos, tenemos que hacer un esfuerzo por no caer en los contrarios: '¿Usurpación?'. Yo que Jesucristo, si levantara la cabeza, te diría: '¡Hombre Fernando...! Para eso hemos venido al mundo, para 'usurparnos' los unos a los otros'. El problema está en que el calificativo 'usurpar' es muy fuerte. Se podría emplear, con el mismo efecto, otro más suave, como 'respetar', 'conservar', 'adaptar', 'incorporar', etc, etc. ¡Claro que las celebraciones de sucesos naturales se han celebrado siempre! Y se seguirán celebrando. Con iglesia o sin iglesia. La llegada de la primavera, las recogida de la cosecha, los nacimientos, las bodas... Cualquier organización social que se precie tiene que contemplar estos hechos naturales y adaptarlos a su 'ritual'. Por el mismo motivo, que han de dar alguna respuesta a las cuestiones filosóficas vitales y básicas de todo ser humano: ¿que es la vida?, ¿de donde venimos?, ¿a donde vamos?, ¿por qué estamos aquí?, ¿que es la muerte?, etc.

¿Que atinen...? ¡Eso es otra cuestión!