Torrecillas de la Tiesa: La Web de los Torrecillanos

Mal de muchos... no debería ser consuelo, pero me doy cuenta que hasta el mismísimo Pepe (PACO) tiene algunas veces problemas. Esto del reconocimiento ya se nos escapa a las personas. No al a red. A la Red, basta con que una sola vez le digas que Pepe el de Torrecillas es el mismísimo Paco de la misma capital de la Tiesa, o que Santiago Mateos Fernandez es Rampelas, para que ya lo tenga así reconocido así para siempre. No se le olvida. Además, se trata de una relación de identidad que es fácil de encontrar.

Pero nosotros somos más limitados que la Red. Algunas veces, aunque nos den el nombre completo, el mote de toda la vida, la familia, los amigos y la foto de la cara... no acabamos de caer.

Pero, dado que la Red es tan lista, ya no tiene sentido ocultar nada. Puestos a reconocernos... que lo haga con todas las consecuencias. Menos en lo de nuestras claves y códigos secretos. La parte íntima que quede protegida, pero la parte pública; la parte que nos estamos enseñando por la calle todos los días, no tiene sentido ocultar. Y así, cuando nos conozcan del todo, verán que somos buenos, pues nos verán tal y como nos vemos a nosotros mismos. Como decía el refrán sobre los "peos", que a nadie le huelen mal los propios. Pues así.


Para que esto suceda cuanto antes, hemos de ir aportando entre todos los pequeños eslabones de la cadena. Aprovechando los 99 añitos de Doña Elisa vamos a aportar entre todos documentos, fotos, notas, recuerdos que nos sirvan para relacionarnos un poco más.

Abriremos un blog específico

¿Choca esto contra la privacidad o el derecho de protección de datos? Pues si choca y hay qeu buscar culpables va a ser lo mismo que encontrarlo en la culpabilidad que tiene el Sol nuestro de cada día por iluminar las calles; pues a causa de ello se está atentando contra mi intimidad al revelar mis partes desnudas cuando salgo a la calle en pelotas. La Red alumbra y facilita el conocimiento, la trasmisión del dato, las búsquedas, los contactos y las relaciones. Si no quieres que tus creaciones o aportaciones a la sociedad se difundan por el mundo, no las des a conocer (ni siquiera a tus amigos) o protégelas. Y si las vendes, no pretendas cobrar mil veces por ellas, pues la Sociedad sólo te las compra una vez.

Saludos.