Hoy pateando el camino
salgo a la buenaventura,
con el macuto bien lleno
de herramientas y lecturas.
¡La libreta, el lapicero,
un martillo de geólogo,
dos guías de campo que llevo!
Una de aves,
otra de rocas y plantas,
la brújula, la linterna,
una lupa y la esperanza,
de pasar un día bueno
en el campo ¡Que me encanta!
¡También llevo un chubasquero
por si acaso hiciera falta,
que las nubes de verano
en cualquier sitio te agarran!
Dirección a Deleitosa
quiero llegar hasta el río,
¡Ahora es ya carretera
antes, solo era un camino!
En el cruce con la cuerda
me encuentro con un pastor
que está arreglando una cerca.
¡Es que se ha roto un alambre
y se salen las ovejas!
¡Qué!
¿Vamos a dar un paseo?
¡Voy a buscar unas piedras!
¡A ver si encuentro algún fósil
más que ná... Dar una vuelta!
Allá abajo en el ribero
hay pizarras de esas negras
en el corte que han dejao
para hacer la carretera.
¡Si acaso encontraras algo,
cuando vuelvas me lo enseñas.
-
Se mueve el aire solano
y alivia un poco el calor
de este tórrido verano.
Ya va calentando bien
aunque todavía es temprano.
En la primera bajada
encuentro pizarra negra,
y debajo de una encina
al lao de la carretera,
me pongo a sacar esquirlas
machacando varias piedras.
¡No he tenío mucha suerte!
Sólo se ven las señales
de algunas hierbas bravías
que se quedaron un tiempo
entre las piedras metías.
¡Desisto! ¡Me voy p’ abajo!
-
Al revolver una curva,
ya que se divisa el río,
me ha llamado la atención
una tórtola en el nido.
Echo mano a los prismáticos
que llevo colgaos del cuello,
y agachao entre las jaras
me acerco con mucho tiento.
Tiene ya dos tortolinos
que van a echar a volar,
y los esta alimentando
¡Casi la van a tirar!
¡Se oyen voces allá abajo
a ver si son conocidos!
Cojo carretera a’ lante
y me bajo para el río.
¡Son gentes de Torrecillas!
Unos cinco o seis muchachos
chapoteando en el agua,
¡Han encontrado un buen charco!
Me siento a orillas del río,
me quito los calcetines,
me refresco bien los pies
y dejo que se ventilen.
Son casi las doce y media
y me vuelvo para el pueblo,
¡No veas como pega el sol
cuando subo los riberos!
Con un pañuelo debajo
de la gorrina visera,
voy aligerando el paso
por toda la solanera.
¡Un coche! ¡Bendito sea!
¡Sube si quieres
que te llevo hasta el legío!
¡Me viene bien donde sea
desde allí yo ya me avío!
-
Ya por las calles del pueblo
voy buscando la sombrina
y ando mucho más ligero,
¡La verdad es que no pesan
los kilómetros que llevo!
Cuando paso por la plaza
me llaman desde una puerta,
¿Dónde vas con tanta prisa?
¡Ven, tomate una cerveza!
¡Una no! ¡Me tomé tres!
¡Que no me he llevao agua
y venía muerto de sed!
¡Vamos a tomar la espuela
donde el Churro. -Digo yo-
y después me voy p’ abajo!
Que me esperan pa’ comer
y les he dicho que no tardo.
¡Llego a casa hacia las dos!
Cuando entro por la puerta
suelto el macuto en el cuarto
y me doy una gran ducha
con una goma en el patio.
Hoy tenemos pa comer
un potaje de garbanzos,
¡Que buenos están los jodíos
aunque los comas sudando!
Cuando ya llevas un rato
con toas las puertas cerrás,
ya se nota que en la casa
empieza a refrescar.
La casa es de las de antes
con las paredes de adobes,
¡y cuando te echas la siesta,
si no te arropas con algo,
el fresquino te despierta!
Aquí da gusto meterse
cuando hace tanto calor,
ya se sale por las noches
que se está mucho mejor.
El caso es que estas salidas
por las mañanas temprano,
me gusta a mí repetirlas
sea invierno o sea verano.
-oOo-