Torrecillas de la Tiesa: La Web de los Torrecillanos

En cuanto tengo unos días
de vacaciones, o un puente,
si puedo, me vengo al pueblo
que me relaja el ambiente.

Tengo la calle en la puerta
y así no cuesta trabajo
salir a dar una vuelta,
sea p’ arriba, o sea p’ abajo

Si sales a pasear
rápido estás en el campo,
y si no, en el corral
siempre tienes que hacer algo.

Yo tengo sembrao en el patio
dos perales, una parra,
un ciruelo... Y un cerezo
que está si agarra o no agarra.

Y me hace ilusión cuidarlos
aunque yo sólo los veo
dos o tres veces al año
cuando pueo venir al pueblo.

Y cuando vengo los podo,
Los arreglo, los apaño,
a mí lo mismo me da
que sea invierno o sea verano.

Y aunque no los sé podar
no me lo tienen en cuenta,
porque los quiero y los mimo
y ellos lo saben y aceptan.

Todos ellos me dan frutas
Incluso los más pequeños,
por eso estoy orgulloso
de los árboles que tengo.

¡Ah! Y también tengo un rosal
que ya va tirando a viejo,
dicen que da buenas rosas
yo, casi nunca las veo.

Cuando me canso me voy,
me subo pa’ la taberna
a tomarme unos pitarras
o alguna que otra cerveza.

Y después de la comida
me echo una buena siesta,
cosa que no hago en Madrid
porque el trabajo no deja.

Me encanta sacar la silla
a la hora de cenar,
con el cuchillo en la mano
y el queso encima del pan.

Con Juan, con Luci,
con to’ los buenos vecinos,
Leonardo, Regina, El tuerto,
Tía Juana y Tío Celestino.

¡Y algunos que de más lejos
también vienen al corríno!
Esto da tranquilidad
y hace olvidar el trabajo,
la rutina y la ansiedad.

Aunque luego estés a gusto
en la ciudad que tú estás,
porque no voy a engañarme…
¡En Madrid, yo no estoy mal!

Allí tengo mi familia,
mi trabajo, mis amigos,
y mi grupo rociero
los sábados y domingos.

Aunque cada vez que puedo
escaparme unos diíllas,
cojo el coche y la maleta,
y me planto en Torrecillas

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