La Navidad.-
Ya pasada las Navidades.- Que comer y beber y que derroche, solo faltan las dichosas REBAJAS a que hace referencia Fernando. Por todo ello siento la necesidad de escribir y contar como eran las Navidades que yo recuerdo de la década de los años 19.40 a 1950 del siglo pasado en nuestro pueblo Torrecillas de la Tiesa (Cáceres), donde la luz eléctrica la conocíamos de forma esporádica, por las averías continuas del Generador.
Las noches solían ser oscuras, sin más luz que las filtradas a través de las ventanas o puertas entre abiertas, procedentes de los candiles o carburos, encendidos en el interior de las casas; circunstancias que aprovechaba la juventud, en especial las mozas, en forma de bromas, para POSTIGUEAR (coger por la aldaba los postigos de las puertas y golpear con fuerza sobre el marco, con consiguiente susto de los moradores, por lo inesperado del golpe de la misma sobre el marco). En algunos casos la broma, era algo más pesada y poco higiénico; como era arrogar al interior por la puerta algún cubo o recipiente lleno de ceniza o basura, que quedaba esparcida por el suelo, ensuciando toda la habitación.
De lo narrado anteriormente, como queda dicho, el principal aliado a estos, actos poco cívico, era la oscuridad de la noche, sorpresa y la rapidez de piernas, por que si el propietario de la casa, te alcanzaba, el palo a latigazo que te llevabas, era mayúsculo.
Por lo que respeta a la NOCHEBUENA propiamente dicha, hace muchos años que no visito en estas fechas el pueblo, por lo que no puedo precisar como se celebran. En aquella época, comenzaba con mucho tiempo, en el momento que se mataba los primeros guarros y se disponía de 'PELLARANCA',(membrana que separa las mantecas del estomago en los guarro(cerdos), creo que en todos los carnívoros). VEJIGA, para hacer una zambomba, comenzaba por las noches a sentirse canciones, propias de la navidad, a parte de VILLANCICOS; esto era común en casi todos los barrio y en casas no determinadas, si no que donde primero comenzaban a cantar, allí se concentraban los vecinos, formando un el CORO que cantaban canciones relacionadas con la festividad, a parte los consabidos villancicos, que solía durar desde el anochecer hasta la hora de cenar que cada cual se retiraba a sus respectivas casas. (Que lástima de repertorio de cancionero no poderlo recuperar, por que eran canciones bonitas y muy propias del pueblo).
La NOCHEBUENA para divertirse, se celebraba prácticamente en la calle; comenzaba en la adolescencia hasta casarse quien lo hacía. Lo común era ir primero a la Misa del Gallo en la Iglesia; luego por pandillas de amigos, amigas o grupos con novio y novia, se concentraban en una casa propiedad de algún Pastor, Juarda o deshabitada, que las cedían, donde las mujeres, se encargaba de guisar algún ARROZ de Liebre o Gallo, FRITE de cordero o cabrito, turrón de tío ROQUE o tía CHON (Asunción), con alguna botella de Anís del Mono, Aguardiente de garrafa y vino peleón, acompañado de TURRON de tío ROQUE o tía CHON (Asunción).
Los grupos sin novia, solían celebrarlo en las Tabernas que esa noche, no cerraban empalmando con el día de Navidad, los mozos iban de una a otra tocando las zambombas y cantando, con alguna escapada a las casas donde se encontraban las mozas solteras. Así, hasta que aguantaba el cuerpo.
Las Mozas muchas a casa, a acarrear el agua de las fuentes para reponer la existencia de las TINAJAS.
Los mozos a pedir el AGUINALDO (regalos), en forma de chorizos, patateros, morcillas, orejas del cerdo, que luego comían con todas los amigos, junto a las M IGAS en alguna Taberna del pueblo ya concertada, en esos momentos, la canción más escuchada, eran estas PERLAS.
NO QUIERO JIGO COCOSO,
NI CASTAÑAS CON BUJERO,
LO QUE QUIERO ES UN CHORIZO,
QUE NO SEA PATATERO.
¡O!
EL AGIUNALDO TE PIDO,
NO ME LO HAS QUERIDO DAR,
HOJALA TE SE SECARA,
LA TRIPA DEL CAGALA.
Dignas de figurar junto al himno de los borrachos, ya sabéis en que canción estoy pensando, sin querer ofender a los ADMIRABLES Asturianos.
Las personas mayores y los niños, no se enteraba mucho de la fiesta, excepto el insomnio, si les tocaba algún grupo cerca de casa, que con el ruido de las zambomba y las voces del cante, no les dejara conciliar el sueño.
Como es natural, no añoro nada de aquellas fiestas, comparadas con la de hoy donde sobra de todo, no existen puntos de comparación, pero no puedo eludir el recordarlas y contarlas para constancia en este Web. No se, si se siguen haciendo ZAMBOMBAS.
