¡Tenemos unos electores que no saben votar! Que se meten en unos líos supinos y que complican la vida a los pobres partidos políticos que lo tienen todo clarísimo.
Ese parece ser el mensaje que nos están transmitiendo, sin excepción, todos los representantes a los que hemos votado.
¿Por qué? ¿No tienen clarísimas las ideas, los programas, las hojas de ruta y las lineas estratégicas...? Pues precisamente por eso nos encontramos en este callejón sin salida. Aquí parece que nada es negociable; las barreras y los límites están bien establecidos. Los electores van a tener que replantearse sus opciones.
Y los electores debían decir: ¡NINGUNO MERECÉIS ESTAR AHÍ! ¡NO OS ENTERÁIS de cual es vuestra misión! Os hemos puesto ahí para PARTICIPAR en el arreglo del país o territorio en el que vivimos y en el buen funcionamiento de las instituciones. No para IMPONER. Si teneis una línea, PROPONEDLA, NEGOCIADLA, y con el respaldo de vuestros votos APORTAD soluciones al posible ACUERDO.
GANAR, no es imponer vuestro criterio, sino llegar a una SOLUCIÓN óptima, razonable, aceptable por la mayoría y verificable (que de buenos resultados a corto, medio o largo plazo para la Sociedad en su conjunto) aunque sea a costa del sacrificio del propio partido político o del líder de turno.
¿Que le importa al ciudadano o a la Sociedad que 'gane' un partido político u otro? Para eso están los partidos de fútbol. A la Sociedad y al ciudadano, lo que le interesa es que haya un crecimiento económico razonable, una mejora de la calidad de vida y una paz social asegurada.
¿Cuando os vais a dar cuenta de que NO estáis ahí para MANDAR? Que solo sois una pieza ínfima del engranaje social que está formado por instituciones, fábricas, infraestructuras, organismos, empresas, sociedades, cooperativas, comercios, redes, multinacionales, institutos, fundaciones, medios de comunicación... que ha costado siglos en en construir. Que formamos parte de otras administraciones, naciones, estados y organizaciones internacionales. Y que tenemos que lidiar con otras razas, culturas, religiones, creencias, filosofías, lineas estratégicas y proyectos múltiples, además de los propios.
Ni siquiera teníamos claro a quien votar y ahora os arrogáis el poder, como si os hubiéramos otorgado un cheque en blanco. ¡Pues NO! Sed humildes y razonables y sabed que se os ha concedido una oportunidad para utilizarla en beneficio de la mayoría, que muchas veces nadie sabe exactamente cual es, pero sí tenemos claro que puede ser el resultado de un análisis exhaustivo, minucioso y bien elaborado (hecho o por hacer) y consensuado con otras partes que también tienen intereses comunes y, probablemente, también si saberlo.
Algunos electores habrán ido a ciegas a votar por 'el-suyo', otros con 'las ideas muy claras' (es decir, completamente errados); pero una gran mayoría no han tenido más remedio que entregarse al azar o hacer el 'pinto-pinto-gorgorito' por la dificultad de distinguir o medir con precisión entre las partes positivas y negativas de las diferentes ofertas. ¿Y ahora nos quieren someter de nuevo a la misma tortura?
¿O nos quieren insultar de nuevo llamándonos inmaduros, incautos y faltos de criterios por no saber distinguir entre el "clarividente", el que "tiene-solución-para-todo" y el que "solo-él-tiene-la-clave"?
Apañados estamos los joios electores.
