Torrecillas de la Tiesa: La Web de los Torrecillanos

LA LACENA

Juan. Como me lo pasaba yo con la LACENA.

En mi casa no había, en su lugar, se hallaba un mueblo ropero que hasta hoy no sé por que se llamaba así, puesto que en él, nunca se guardaba ropa.

Se trataba de un mueble rectangular de 1’50, por 1`’00 y 0’50 metros de fondo, cerrado al medio por dos puertas, con loa parte superior formando celosía. Como era natural, la llave la guardaba mi madre en la faldiquera, imposible, de hacerse con ella sin su permiso.

Todos en casa, admitíamos que en el ropero lo que era comida, no se podía tocar sin la autorización expresa de mi madre; cuando lo que se guardaba eran frutas, peras, ciruelas jigos (higos) etc.et.

Yo recuerdo que siendo pequeño, arrimaba una silla al mismo, metía la nariz por entre la celosía, oliendo como si fuera un perro de caza; se me alborotaba los jugos gástricos, haciéndome emplear todo tipo de recursos para intentar abrir las puertas, sin conseguirlo, teniéndome que conformar con meter los deditos y raspar o tocar el majar.

Donde si existía la dichosa ALACENA, era en casa de mi tía Rosa “La Rojita”, esta se encontraba debajo en el hueco de la escalera, con su puerta y correspondiente celosía, pero sin cerradura, o tal vez mi tía era mas descuidada, por lo que te puedo asegurar que yo cuando iba a su casa, al menor descuido, ya estaba metido en la misma, revolviendo lo que hubiera dentro, a pesar de la amenaza de mi primo, que era mi guardián, al que no hacía ni puñetero caso, y que cuando conseguía algo salía corriendo por la plaza, con el consiguiente jolgorio, por parte de mi tía y la regañina posterior de mi madre; pero yo saciaba mi apetito casi siempre permanente en aquellos años.(quine no aprovachaba la ocasión ) He.......


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