Torrecillas de la Tiesa: La Web de los Torrecillanos

Juan, aunque sigo sin saber quien eres, veo que naciste mucho después que yo. Eso de la cal blanca es mucho más moderno, pese a que tu descripción del "faldiego" es perfecta y me hace recordar a aquellos hombres que con un par de burros cargados con sendos serones llenos de terrones de "tierra blanca" daban vueltas al pueblo pregonando su mercancía.
Cuando se hacía un desconchón en alguna pared, se podían apreciar la superposición de capas de aquella pintura que, como muy bien dices, se aplicaba con un trozo de piel de oveja "churra". Yo diría que los años de una casa casi se podían calcular contando las capas de tierra blanca que tenían sus paredes.
Sin embargo, en las cocinas, como en todas las casas se hacía lumbre en la chimenea y siempre se producía algo de humo que podía afectar el blanco de las paredes, se solía hacer como un metro o así desde el techo, de color amarillo-ocre que se obtenía mezclando la tierra blanca con otra que se conseguía cerca de la fuente Salamanca, en un "filón" de "tierra parda" que allí existía.
De lo del "apaleao" de los colchones, qué quieres que tediga. A mí me engancharon también alguna vez, pero me gustaba más ver a las mujeres "esparpajear" y creo que era más efectivo. Y lo que no puedo olvidar es la sensación tan placentera que producía acostarse en un colchón recién "apaleao". ¡Ni Flex, ni ná!.
Saludos